domingo, 26 de agosto de 2007

PROSA DE LA IMAGEN

He decidido que la poesía no es tan importante. Importante es una palabra que se abre y se cierra como una mano que toca una pared que sólo responde que lo importante es importante y punto. No hay nada qué decir. En cambio, la poesía, quitándonos del rango etimológico es simplemente una palabra que abre una cortina y muestra un cuerno de rinoceronte blanco como sólo los hay en África; abro la palabra poesía y empiezo a ver ese rinoceronte caminando, luego, se detiene, arriba se ve que viene una tormenta y las aves vuelan, como sólo vuelan las aves de la poesía, es decir, no son aves, son pararrayos que detienen la palabra y su significado que viene arrastrado por esa tormenta que indica que las aves se deben de ir y el pararrayos está ahí para que la musa que me inspiró decir que la poesía no era importante no se vaya. Pero volvamos con el rinoceronte, si nos acercamos podemos verlo parpadear de un solo ojo, pues en rigor científico (que no por otra parte no es un rigor tan alejado del poético como la gente que ha pensado que la poesía no es importante suele creer), ese ojo entonces, está casi a 180 grados del otro, y el rinoceronte, después de alzar la cabeza y ver que se viene una tormenta (o como traducen a las películas gringas diríamos como si éste poema fuera una película, diríamos que “se avecina una tormenta”). Entonces la palabra importante cobra fuerza en el instinto del rinoceronte y sabe que tiene qué correr, aunque no sabe a dónde o para qué, pero él lo siente. Recordemos que las aves ya se fueron y que se espera que haya un pararrayos cerca del ángulo donde vemos al rinoceronte para que éste se apure. ¿Pero para qué? Podría preguntarse con toda su grandeza e invencibilidad de bestia salvaje en África éste rinoceronte, ya que él sabe que en la selva africana ni los leones se le acercan para molestarlo. Molestar. Ésa palabra parece que produce la poesía en quien no la entiende, ese tipo de gente desea que el que habla del poema y/o el que lo lee, termine rápido porque si un poema es leído en una presentación de poetas en una ciudad de un país como México, probablemente al final del evento llueva. ¿Por qué? ¿Será por la poesía? ¿Será por el misterio que rodea la vida humana? ¿Será porque en rigor científico tiene qué llover y san se acabó? El caso es que es frecuente, por lo menos en la ciudad de México, que después de una lectura de poesía se ponga a llover y con la lluvia la gente sale después de la lectura y de haber sentido que es bueno salir y darse un rol a escuchar a los poetas y… ¿Cómo puede ser? Se pone a llover. Es que en verano hay muchas lecturas de poesía, pero en otoño también y suele ser la época en que se pone a llover. A veces con una fuerza tal que sale en los periódicos del día siguiente que esa fuerza de tormenta derribó un árbol y cayó sobre un coche o el sistema de drenaje no pudo más y en alguna parte de la ciudad hay inundaciones, por tanto, la gente se preocupa y comenta. Mientras que la poesía, la muy inocente y la muy que no sirve para nada, pasó, como pasa todo poema por el tiempo pero, como es un poema que está atorado en un papel, regresa en las manos de la novia del poeta que leyó en esa presentación del su novio el poeta y la mujer, esa noche o la noche siguiente le dice al poeta: “tu poema que leíste está muy bueno, en el momento no presté atención, pero ya si lo leo con detenimiento, no sé por qué, pero me gusta”. Ahí el poeta está obligado a hablar de su poema y no de la lluvia y por eso suele decirse que los poetas habitan otra dimensión de la realidad porque el poeta sale a la calle a comprar cigarros y sólo dice: “pinche lluvia” y regresa y hace el amor con su novia y ponen música quizá de Fito Páez o de Óscar Chavez y luego prenden un cigarro y se olvidan de la lluvia y se miran. Mirarse. Una palabra que parece no ser tan importante como la primera palabra que dijimos categóricamente en este poema, la palabra importante, porque la palabra importante es muy importante porque después de decirla llega como un silencio que nos recuerda lo que es importante y lo que no lo es tanto o lo que se puede dejar para mañana. Pero ahí sigue la lluvia que es una barbaridad y el departamento de policía apresura el tráfico y desvía su fluido porque el dichoso aguacero ya le dio en la torre al sistema de drenaje y todos, todos, los automovilistas y los policías y los peatones tienen qué apurarse, y nadie dudaría en un momento así que eso es importante, pero el poeta piensa en Óscar Chavez con su novia al lado y se imagina tal vez que el anuncio de su lectura será noticia el día de mañana pero, obviamente, la noticia comentada será la de la lluvia y todo el mundo dirá “pinche lluvia”, como el poeta cuando salió a comprar cigarros. Cigarros, esa palabrita tan olor a adolescencia siempre se esfuma, como la propia adolescencia, que si puede o no ser importante es decisión de cada quien. Paul Nizan, el poeta, dijo que en esa época todo, en realidad todo amenaza con destruirnos: a un adolescente esta declaración puede ser crucial para decidir si prueba por primera vez la cocaína por ejemplo, y nadie dudaría que el adolescente que prueba por primera vez la cocaína o no la prueba, pasará a través de una decisión muy importante. Pero la primera palabra que dijimos como sustantivo en este texto, o sea la poesía, tal parece que no es importante, o por lo menos el poeta que escribe éste poema llegó a esa conclusión, incluso ese poeta ya apagó su cigarro desde que hablábamos de rinoceronte y ha recibido dos llamadas telefónicas que no servían de nada; números equivocados, eso, sin duda, no es importante, pero cómo fastidia. Al igual que el que no entiende la poesía se fastidia cuando el poeta lee sus versos en público, como por ejemplo el poeta que en este texto mira a su novia y le dice: te amo tanto, te amo tantísimo, y el poeta, como por ser poeta siente la obligación de estar apasionado de por vida, claro, lo sentirá sólo si de verdad es poeta, no un leguleyo, pero tomemos por cierto que ese es un poeta verdadero. Entonces, comenzará a besar el brazo desnudo de su novia, apagará el cigarro porque sabe que a la novia le choca el olor a cigarro, tomará un trago de agua y luego verterá un poco de agua lentamente sobre el ombligo desnudo de la novia, mientras afuera llueve y el tráfico es un desorden y mientras tanto, el rinoceronte sentirá deseos de correr y correrá. ¿Cómo lo veremos corriendo al rinoceronte? Si éste es un poema guión película, entonces tendremos que verlo con majestuosidad, como si fuera el mismo rinoceronte de la barca que sale en un cartel muy famoso que anuncia una película de Fellini, ese director de cine que sin duda, ha hecho del cine un gran entretenimiento y ha elevado al séptimo arte, como según suele decirse de éste, a una calidad asombrosa que pone de manifiesto que lo mejor y lo peor de los seres humanos, lo vemos en las pantallas del cine. Esto, sin duda, es importante, pero es importante para un sector de la población, no para todo, en primera, porque en nuestros tiempos ir al cine cuesta caro, además de que es raro ver una película de Fellini en la cartelera de los periódicos es más raro todavía y no toda la gente puede ir al cine porque el cine es sólo para ciertas clases sociales que pueden darse ese lujo. Lujo es una palabra que tampoco suena importante, pero caray ¡habrá que preguntárselo a gente como Madonna o Carlos Slim a ver que piensan del lujo! Argumento que entreabre las palabras o los órdenes de ideas de lo relativo, todo es relativo, suele pensar el sentido común, es decir, todo es importante o no importante respecto a qué otra cosa, concepto o acción. Regularmente, el sentido común en este momento empieza a filosofar y aunque no lo parezca, la filosofía, o por lo menos lo cree éste poeta que dice que la poesía no es tan importante, está convencido de que la filosofía es muy importante, porque educa y enseña a pensar, ¿pero la poesía? Vuela sola por el mundo y entonces entra la imaginación para volver a ver al rinoceronte que corre escapando de la lluvia y ése rinoceronte sabe que no escapará, pero en realidad, de lo que se las olía éste rinoceronte, es de que unos seres humanos lo andaban persiguiendo para cortarle el cuerno blanco que tiene como dijimos al principio, y por ese cuerno blanco lo van a matar, ya se sabe que así es el hombre, o por lo menos así lo entendemos cuando vemos la televisión y con indignación pensamos a qué clase de raza pertenecemos que le hacemos eso a los pobres rinocerontes. ¿Pero la poesía? Ahora es un poco más significativa la pregunta sobre su importancia o sobre su no importancia, porque ya vimos al poeta y su novia, al tráfico y al rinoceronte y las aves poéticas que tienen un pararrayos por ahí para ver qué tan cierto es que la poesía no es importante. A lo mejor este poeta que escribe su poema, podría pensarse, llegó a esa conclusión porque la poesía le estaba echando a perder la vida o quizá más psicoanalíticos, como todos los psicoanalistas que se sienten que sus pacientes son poetas porque dicen por medio de palabras su dolor y eso, para algunos psicoanalistas, es poesía, pero, ¿eso es poesía? Yo creo, el yo que escribe y el yo poeta y el yo que se me ocurrió decir que la filosofía sí es muy importante porque enseña a pensar, estamos seguros que por lo menos, hablar ante un psicoanalista no es poesía. Ahora entrevemos la reflexión de qué es o qué será la poesía, pero para eso hay muchos libros escritos sobre poesía y éste poeta tiene uno publicado en el que quiso decir qué era la poesía, según él, arrancándose las entrañas. ¿Pero pasó algo? No, no pasó mucho, el libro fue presentado un día que fue el día que se cayeron las Torres gemelas de Nueva York, fue poca gente a la presentación de dicho libro porque toda la gente estaba viendo en televisión qué había pasado y éste poeta que escribe, se siente tentado a escribir que su poesía es tan fuerte que se alza contra la barbarie de los actos terroristas y sobre terrorismo o no terrorismo, la gente no dudará en calificar que políticas buenas o malas o políticas como las que sean, complejas o chaparras, el terrorismo es un tema de actualidad, es decir importante, por tanto. Pero la poesía se viene haciendo desde hace cerca de más de 2500 años cuando apareció el libro del Gilgamesh, que es el primer poema de la humanidad, simplemente. ¿Eso será importante? Aquí el poeta que escribe este poema tuvo que dar un trago de su refresco porque él, por lo menos, cree que el tema da para mucho y para hablar largo y tendido y atisbar, poco a poco, lentamente, con pesar, porque éstos son sin duda tiempos amargos, que la poesía sí es importante y que la frase categórica de que la poesía no era tan importante, ya no se sostiene, es decir, este texto ya no se sostiene, como dicen los maestros de literatura o los coordinadores de talleres literarios, lo único que quedó de éste texto fueron unas aves que se fueron poéticamente, un rinoceronte corriendo de unos humanos y algunas cosillas más, pero lo que sí se sostiene es la lectura que dio ese poeta que no conocemos ni a su novia y la lluvia primorosa, que al día siguiente, serán noticia y alguien morirá y alguien nacerá, pero alguien, sabrá la importancia de la lluvia y de la poesía.

domingo, 19 de agosto de 2007

El Efectismo

por MARCOS GARCÍA CABALLERO En tiempos relativamente recientes, movido acaso gracias a una pequeña sospecha que he querido convertir en reflexión, he seguido en diversos libros de ensayos, artículos de revistas y suplementos culturales, los comentarios en torno al efectismo en literatura y en general, en las artes. Como en todo, hay partidarios a favor y en contra del fenómeno (más exacto sería denominarlo recurso): los que están a favor exponen sus razones, que en el mayor y mejor de los casos podríamos resumir de éste modo: la literatura y las artes no deben darle la espalda a la diversión: el arte visto como entretenimiento para paladares exigentes y aún para los menos exigentes. Los que están en contra del efectismo, comparan, es decir, colocan en segundo lugar las obras calificadas por ellos de efectistas y en un inmaculado y único pedestal las obras que merecen general aplauso de obras maestras, precisamente por no estar elaboradas (al menos en sus puntos cumbre) por el puñado de unos cuantos recursos; los puristas anti-efectismo son elitistas, como pretendo demostrar en esta viñeta. Los que están a favor del efectismo se basan en la relatividad del arte, y de la vida, en general: son aquellos que a base de fuerza, presión y a cierta coerción argumentativa logran dar validez a sus puntos de vista. V.gr. su mensaje es: “El arte efectista debe de gustar a fuerza”. Considero que los segundos sostienen lo radicalmente opuesto, son aquellos a los que el arte y las letras en realidad los inspiran, los que se nutren y enriquecen con las obras de arte o literarias y ven en ellas un ejemplo a seguir. Es decir, es un punto de vista con categoría moral, basado en criterios éticos del arte o, por lo menos, de lo que debería ser el arte; es el punto de vista de la tradición en el arte. Los primeros son cerebrales y relativistas; los segundos, se acercan a lo que en la década de 1960 fue un debate muy importante: el debate del intelectual comprometido, activo, y definitivamente con un papel muy claro que jugar frente a la masa y contra y/o frente al Estado. A pesar del aparente antagonismo entre las dos posturas hasta aquí contrastadas (a favor/en contra del efectismo), me parece que ambas tienen un ancestro común que se halla en la segunda mitad del siglo XIX —curiosamente la época dorada para los poetas malditos, época en que la actitud del poeta tanto como la forma del poema estaban en juego— que evolucionó con las vanguardias artísticas del siglo XX (entre las que cuento: futurismo, creacionismo, cubismo, expresionismo, dadaísmo y surrealismo); que surgieron, entre otras cosas, del afán y necesidad de “un absoluto moral” —según Tristán Tzara comenta en particular del dadaísmo—, y obviamente, dichas vanguardias se alimentaron de una protesta al capitalismo salvaje y burgués y se resolvieron como un saludo al socialismo y al comunismo soviético; y terminaron decayendo, al igual que éstos, hacia mediados del siglo XX. Es curioso el hecho de que la vanguardia que surgió de la posguerra en los cincuentas, fuera una literatura que mirándola bien, no se identifica con ninguna de las dos posturas antes mencionadas: los beatniks estadounidenses no se proclamaban ni cerebrales-relativistas ni éticos-del-deber-ser-del-arte: pero eso sí ¡Eran vitales y explosivos! Permanentemente desafiantes e inconformes ante el panorama mundial tras la guerra, estaban en contra de la sociedad puritana, de la moral chata establecida en los Estados Unidos, en contra de la demasiada intelectualización del alma del hombre por los métodos psicoanalíticos, etcétera. Curiosamente, entre los partidarios o anti partidarios de efectismo los beats no figuran ni a favor ni en contra… lo cual le da a la beat generation un rango auténticamente de vanguardia aunque se le haya querido negar por ciertos académicos; puesto que esto es una de las características de las vanguardias: romper con los cánones y los modelos tradicionales. Si me guío por los partidarios del efectismo, tendría que concluir que desde Crimen y castigo, Pedro Páramo hasta la cinta La guerra de las galaxias, son obras, efectivamente, efectistas. Si me guío por los que son sus detractores, Libertad bajo palabra, Trópico de cáncer o hasta 2001: odisea del espacio, de Stanley Kubrick son obras que para nada son efectistas. Para mí las seis obras son fundamentales. Lo cierto es que el efectismo es espectacular, (aquí está y hay que aplaudirle) su poder radica en la inmediata seducción soporífera, ante él, el público o el lector se sienten inmediatamente atrapados, se hace oír a como dé lugar: en lo más profundo se trata de un grito, mientras que el arte no efectista se trata de un silencio, una meditación. Y del grito a la meditación transcurre la única etapa de nuestra vida que quisiéramos ver eternizada: la adolescencia. En ésta etapa de nuestra vida, como dijo Paul Nizan, todo amenaza con destruirnos: el amor, el trabajo, las ideas propias y ajenas, incluso las de los libros, los adultos y toda la mar de tentaciones y pestes que hay en esta Tierra. Por eso, por haberla superado, la adolescencia es nuestra más querida cicatriz, la queremos tanto porque fue el momento en que más nos sentimos intensamente vivos: ésta es la época de las grandes pasiones amorosas, de las pandillas míticas, de los grandes viajes y del aprendizaje de tratar de vencer el miedo a toda costa custodiados con nuestra auténtica sombra: ¿El padre? ¿La madre? No: la muerte, la que en esos momentos no sabemos que ya nos pertenece. El efectismo es el grito que descubre la muerte, el arte no efectista es el que, por medio de la introspección, la meditación, la conciencia menguada (v.gr. las oraciones místicas) nos puede llegar a separar del vértigo de esa obligada amenaza. Arte efectista o arte sin efecto (recursos técnicos o fórmulas ya gastadas o nuevas) me suena muy parecido a tratar de entender la diferencia entre fondo y forma, lo cual es idiota por partida doble: por uno porque, el fondo y la forma se mezclan en el artista y/o el escritor de manera tal que la forma y el fondo se convierten en lo que simplemente tiene en la cabeza como su modo de pensar; por segundo lugar, porque en términos reales el concepto que tenemos del ser humano se ha venido especulando desde los tiempos de la Grecia clásica y siempre, en permanente estado crítico: contingente: Se va o no se va, ¿se ira? ¿Ya se fue? Claro, pero ha estado aquí desde hace dos mil años de trabajo intelectual. Es decir: está en la cabeza de todos, sean escritores o artistas o no lo sean, está aunque sea de manera tangencial. Ahí donde el necio ve forma, otro necio dirá fondo. La verdad es que la forma es fondo y viceversa. ¿Cómo podría ser de otro modo? Pero claro, en los terrenos de la crítica literaria especializada y de arte en general, se tiende a segregar y vilipendiar por un grupo de especialistas al arte marcadamente efectista. Estos críticos serios o líderes de opinión, no son payasos mastodontes, sino simplemente han renunciado a recordar su adolescencia. Se les olvida que los cuentos de Emilio Salgari como Los tigres de la Malasia hace 50 años tenían en los niños el mismo efecto que actualmente las novelas “superficiales” de Harry Potter. Me parece que aquí se debe distinguir la diferencia entre culto y culterano. Según ciertos críticos, el frío razonar de Hegel o de Karl Jaspers son un florilegio artístico filosófico mientras que la filosofía que propone Manu Chao no sirve para nada. Fatal error creer que el camino hacia la madurez debe empezar por La fenomenología del espíritu en vez de por Clandestino. Sin éste disco, millones de jóvenes de todo el mundo no hubiéramos entendido que la patada de mula del arte debe ser efectista en su primer momento para que la madurez de la apreciación artística nos convoque para siempre, para entender que cuando todo ha fallado, aún queda el arte. Y el verdadero arte, el arte inconcluso y profundo, es inexplicable; es el arte que verdaderamente es una salutación amistosa con todas las demás cosas y creaciones humanas. Para ciertos especialistas, el público es irredimible y según esa lógica, el PRI gobernará este país por los siglos de los siglos, Televisa seguirá programando las películas de Pedro Infante hasta para los hijos de nuestros hijos, el arte radicalmente contestatario será folklore y en fin, el país no crecerá precisamente por no escuchar a sus jóvenes mas que cuando los jóvenes son los acarreados de las nuevas esperanzas que sólo le cubren la máscara a la muerte, el cansancio de las políticas y la lasitud hipócrita; como si pedir trabajo fuera mentarle la madre al empleador, como si el arte fuera un hobby, como si la oficialidad de la cultura no necesitara a los que ahora producen cultura, es decir, desde la danza y el performance callejeros hasta los becarios del CONACULTA, esto tiene un nombre: diversidad. Como si Shakespeare hubiera tenido a un público más intelectualizado que Harry Potter. Shakespeare podrá incluso estar sobrevalorado, pero se las ingenió para dirigirse al gran público con mensajes profundos en el mejor sentido del término “profundo”, en su época, se podría decir, fue un autor de “culto” como ahora lo es Stanley Kubrick, Alejandro Jodorowsky o John Lennon. La crítica seria sobre un autor y su trayectoria debería aparentar ser literatura barata, (subrayo la palabra aparentar en el sentido que lo es su antónimo: realidad) es decir, debería ser graciosa como resulta ser un espejismo: un ejercicio o visión que se desarme por sus propias reglas, como el ejercicio mismo de la creación y sobretodo porque ningún arte está pidiendo la autorización ni la viada de nadie. Mejores gritos, mejores meditaciones, especulación explícita, eso debemos esperar. ¿Nada más? Nada menos. Mayo 2003

sábado, 18 de agosto de 2007

Fragmentos de Miles de Millones

Carl Sagan, por supuesto. Carl Sagan Nació en Nueva York en 1934. A los 20 años se graduó en Física en la Universidad de Chicago. Doctor en Astronomía y Astrofísica, fue profesor en Harvard y en la Universidad de Cornell. Asimismo dirigió el Laboratorio de Estudios Planetarios y fue fundador y Presidente de la Sociedad Planetaria. Trabajó con la NASA y colaboró en las misiones de exploración espacial Mariner; Pioneer, Viking, Voyager y Galileo. Entre los numerosos premios que recibió se cuenta el Masursky de la Sociedad Americana Astronómica. Su labor docente e investigadora se complementa con una prolífica obra de ensayo que le consagró como uno de los mejores divulgadores científicos del mundo. Su libro Los Dragones de Edén: Especulaciones sobre la evolución de la inteligencia humana fue galardonado con el premio Pulitzer en 1978 y en 1980 su popular serie televisiva Cosmos obtuvo tres premios Emmy. Publicó una treintena de libros de divulgación. Murió en 1996. 1. Un viejo chiste cuenta el caso de un conferenciante que, en un planetario, explica a sus oyentes que al cabo de 5,000 millones de años el Sol se hinchará hasta convertirse en una gigante roja, engullendo planetas como Mercurio y Venus, y finalmente quizá también la Tierra. Tras la charla, un oyente inquieto le aborda: —Perdóneme doctor. ¿Dijo usted que el Sol abrasará la Tierra dentro de cinco mil millones de años? —Sí, más o menos. —Gracias a Dios. Por un momento creí que había dicho cinco millones. 2 A menudo se cita la opinión de difunto entrenador Vince Lombardi, quien afirmó que lo único que importa es ganar. George Allen, ex entrenador de los Pieles Rojas de Washington, lo expresó de esta manera: “Perder equivale a morir”. 3 “Nuestra Galaxia”, solemos decir, aunque desde luego no somos sus dueños. Está compuesta de gases, polvo y unos 400.000 millones de soles. Uno de éstos, situado en un oscuro brazo espiral, es el Sol, la estrella local (hasta donde sabemos, anodina, vulgar, corriente). En su viaje de 250 millones de años en torno al centro de la Vía Láctea, acompaña al Sol todo un séquito de pequeños mundos. Algunos son planetas, otros, satélites, asteroides o cometas. Los seres humanos somos una de las 50.000 millones de especies que han prosperado y evolucionado en un pequeño planeta, el tercero a partir del Sol, al que llamamos Tierra. Hemos enviado naves para reconocer otros 70 mundos de nuestro sistema, y para penetrar en la atmósfera o posarse en la superficie de cuatro: la Luna, Venus, Marte y Júpiter. […] La profecía es un arte perdido. A pesar de nuestro “ansioso deseo de horadar la espesa oscuridad del futuro”, para utilizar palabras de Charles Mckay, no demostramos ser muy duchos en la materia. En ciencia, los descubrimientos más importantes son a menudo los más inesperados, y no una simple extrapolación de lo que ya sabemos. La razón es que la naturaleza es, de lejos, mucho más ingeniosa, sutil y brillante que los seres humanos. No deja de ser estúpido, pues, tratar de prever cuáles puedan ser los hallazgos más significativos en astronomía en las próximas décadas, el bosquejo futuro de nuestro mito de creación. 4 En algunos animales, un óvulo puede desarrollarse hasta convertirse en un adulto sano sin la contribución de un espermatozoide. No sucede así, por lo que sabemos, entre los seres humanos. Un espermatozoide y un óvulo no fecundado comprenden conjuntamente toda la dotación genética de una persona. En ciertas circunstancias, tras la fecundación pueden llegar a convertirse en un bebé. Sin embargo, la mayoría de óvulos fecundados aborta de modo espontáneo. La conclusión del desarrollo no está garantizada. Ni el espermatozoide ni el óvulo aislados, como así tampoco el óvulo fecundado, pasan de ser un bebé o un adulto potenciales. ¿Por qué, pues, no se considera asesinato destruir un espermatozoide o un óvulo si uno y otro son tan humanos como el óvulo fecundado producido por su unión, y en cambio sí se considera asesinato destruir un óvulo fecundado, aunque sólo sea un bebé en potencia?

jueves, 16 de agosto de 2007

Traducción trasvesti

En las divagaciones fecundas entre Eliot y Pound, éste último escribe una consideración sobre la que todos deberíamos de volver: “La tradición reside en las imágenes de los dioses y acaba por perderse en las definiciones dogmáticas. La historia se conserva en monumentos, y es por eso que los destruyen.” Ezra Pound (fragmentos) Más arriba dice: el arte de la poesía es divisible, en fanopeya, melopeya y logopeya. Esto quiere decir que la composición verbal se forma de palabras que evocan o definen fenómenos visuales o de palabras que registran o sugieren fenómenos auditivos (es decir, que registran los varios sonidos convencionales del alfabeto y producen o sugieren una elevación o un descenso del tono que a veces puede registrarse más adecuadamente con anotaciones musicales,) y tercero, de un juego o “danza” de palabras entre las correspondientes o concomitantes significaciones, costumbres, usos e implicaciones de las mismas palabras. 1912. la traducción antológica de Ernesto Cardenal sobre Los Cantos de Pound está mal hecha en el sentido de que Ernesto Cardenal cambió las preferencias sexuales del maestro en el poema “la buhardilla” Según Cardenal así es: “Vamos, compadezcamos a los que están mejor que nosotros, Vamos amigo, recordemos Que los ricos tienen camareros y no amigos Y nosotros tenemos amigos y no camareros. Vamos, compadezcamos a los casados y a los no casados. La aurora entra con pasitos menudos Como una dorada Pavlova, Y yo estoy junto a mi deseo. Y la vida no tiene nada mejor Que esta hora de diáfana frescura, La hora de despertarnos juntos”. O sea, pinche Ernesto Cardenal: por cierto, fue homenajeado en el festival nacional de poesía de Granada Nicaragua en 2006. Ya que el poema debe decir , (según la traducción de Vicente Anaya): Empezando por quitarle ese título tan pesadito: El desván Ven amiga mía, veamos con piedad a los más adinerados. Ven. Recuerda que los millonarios tienen sirvientes y no amigos; mientras que nosotros tenemos amigos y no sirvientes. Ven, tengamos piedad de quienes se casan y de quienes no desean parejas. Con suaves pisadas entra la aurora como si fuera una Pavlova de oro, aquí, Donde estoy con mi deseo. Nada se compara con este momento de límpida frescura que compartimos al despertar.” Por cierto: Visiten la página virtual de “Alforja Revista de Poesía” y verán, a propósito de los veinte años de haberse publicado “Híkuri” que la Benemérita Universidad de Puebla los invita a mesas de lectura de poesía y a comentar dicho poema de Vicente Anaya.