sábado, 22 de agosto de 2015

OBSERVO, OBSERVO...



En una sobremesa familiar muy agradable que tuve en mi última y reciente visita a la ciudad de México, discutíamos acaloradamente sobre la cultura, la izquierda y los intelectuales. Me señalaban, no sin razón, que desde la muerte de Carlos Monsiváis no ha surgido ningún intelectual de peso en los medios masivos de comunicación, nadie que haga pensar realmente cómo está nuestra sociedad en estos momentos. Yo alegaba que la izquierda es errática, que el famoso: “repensar la o las izquierdas” es cada vez pensar menos cosas, ya que los líderes de la propia izquierda han perdido el norte y realmente no saben qué hacer. Mi hermano señalaba que no todos pueden hacer una toma de conciencia en las masas debido al arte, si no tienen tiempo para leer novelas o poesía ya que todos saben cuál es la canasta básica de la familia mexicana, la cocota, las tortillas y los frijoles. Se dijo ahí que la cultura siempre se ha adelantado a los fenómenos que dictan las pautas de cultura en una sociedad. LA BROMA de Milan Kundera fue el ejemplo, ya que esa novela, escrita hace poco más de 45 años, evidenció como bajo el imperio de la utopía socialista en la URSS, ya nadie podía ni reír. Me contaron de la grandeza de Leonardo Padura en su novela: EL HOMBRE QUE AMABA A LOS PERROS, ya que relata lo que todos sabemos: el asesinato de Trotsky por Mercader, pero que no se limita a eso: coloca en el escenario a todo el mundo contemporáneo y da carpetazo a la generación del BOOM LATINOAMERICANO, me recomendaron el ensayo de Jorge Volpi EL ÚLTIMO DE LOS MOHICANOS (dedicado a Vargas Llosa por supuesto), y sí quedó claro que es LA CULTURA la que siempre se ha anticipado a las pautas que dicta la sociedad y el poder. El valor del arte es irreductible tanto en un poema de Charles Baudelaire como en una película de Bernardo Bertolucci o la GIGANTA de José Luis Cuevas. ¿Por qué ya no hay caudillos intelectuales como Monsi? Aquí, mi idea es tipo Feuerbach: No los hay porque los jóvenes actuales no los quieren. (Feuerbach decía: “Toda la teología y la religión no son más que el resultado de la infinita imaginación del hombre”), es decir, los jóvenes ya no creen en el mesianismo. Por eso, López Obrador volverá a perder y por eso habrá qué preguntarles a los jóvenes actuales: ¿A quién gustan leer? ¿Qué ideas van a defender? Ya que es de sobra sabido que acción nacional no tiene ni idea de quién escribió el purgatorio liberal.

OTRA PEQUEÑA OBSERVACIÓN

ABRO EL PERIÓDICO HACE UN PAR DE DÍAS Y EN NINGÚN SITIO LO DICE, PERO LA ÚNICA NOTICIA ES EVIDENTE: EL GOBIERNO MANDÓ AL PUEBLO DE MÉXICO OTRA VEZ HASTA EL VIRREYNATO!!

jueves, 20 de agosto de 2015

NUEVA OBSERVACIÓN

Después de leer varios libros de literatura mexicana reciente, me doy cuenta de algo muy simple: el exceso de creencia en la fatalidad, es decir: somos miserables, ignorantes, rateros, estúpidos, merecemos todos los infiernos y bla bla bla… Lo que sucede, creo, es que para los autores mexicanos también es muy difícil hacer un ejercicio de purificación personal y hacer el difícil desprendimiento, el desprendimiento de lo obsceno de la realidad y crear obras que apuntaran hacia otras visiones, para ser sinceros, hay mucho de rescatable en México, mucha gente valiosa, no creo en escapismos ni en best-sellers tradicionales, pero los autores jóvenes deberían empezar a pensar, que es probable que ya haya pasado el juicio final.


lunes, 3 de agosto de 2015

COMENTARIO DE MI NOVELA PUBLICADA EN 2008



Más que asiduo lector, mi afición por vivir la vida a color me ha llevado a lugares inimaginables, a estar entre las nubes y a ver seres que superan la ficción; pero sobre todo, a conocer  y compartir con personas que me han enseñado que en el mundo de las excepciones todo es posible y más placentero. Uno de ellos es mi amigo Marcos García Caballero, a quien le agradezco darme el honor de presentar a ustedes su más reciente novela, Antes de todos los partidos.
Como ya dije, no soy asiduo lector, por lo que tampoco soy crítico literario, ni mucho menos buen orador; pero si me lo permiten, leeré lo que para mí ha sido la aventura de conocer y leer al Caballero García…
Antes de todos los Partidos, antes de cualquier decisión, existe en un sin tiempo y un sin lugar, que como el feliz feliz no cumpleaños del Sobmrerero loco de Alicia, acaba por determinar nuestros actos y su naturaleza. Todos somos héroes con aventuras distintas.
Los viajes ilustran, las aventuras transforman, cambian el carácter, nos marcan. El cambio exige valor y sólo es posible realizarlo en calidad de héroe, pero no es tan solo un acto de valor, también es un acto virtuoso que busca una transformación a través de lo sagrado, lo intemporal, lo que está más allá de lo cotidiano, de lo ordinario.
La aventura, basada en el aparente fracaso de nuestro héroe, parte de la ciudad de México y se describe desde el ángulo del extranjero, del desterrado; y cuenta sobre lo frío y hostil que pueden ser Morelia, Uruapan, Guadalajara, Aguascalientes, Zacatecas, Durango, Mazatlán y por último Puerto Vallarta, en donde culmina con la confrontación del 22 de julio en un intento de suicidio.
Pero la escritura es otra aventura donde el héroe encuentra tiempo y espacio posible para su desarrollo, para su crecimiento. Aunque es consciente de las consecuencias de esta aventura cuando se refiere a él y a otros como él, señalando a “los que son ceniza en el ojo de los dioses/ los recolectores de frutos ajenos…”
Al mismo tiempo, en esta nueva a ventura que es la paloma que vuela al final de la historia, podemos ver cómo se entretejen reflexiones o anotaciones de autores como Rimbaud, Baudelaire, Antonin Artaud, Milan Kundera, Camus, Holderlin, a través de los cuales articula el mundo que está más allá de la cotidianeidad plana, que sin describirla, pero a través de la agudización de los sentidos, se deja ver en las ciudades recorridas.

La honestidad del autor se deja ver cuando confiesa que, buena parte de la historia, está envuelta en “andanadas de patrañas”, y finalmente encuentra en la escritura la realización o comunicación de lo incomunicable: lo sagrado. Un mundo más allá de lo cotidiano y por supuesto más allá del corrupto mundo de la política.

Para terminar, quiero comentarles que conozco a Marcos desde que era adolescente, de modo que conozco parte de su vida; por lo que me atrevo a decir que es un joven que se la ha rifado para seguir en esta aventura llamada vida. Para él, pido un caluroso aplauso.

Muchas gracias por su atención

GERARDO GONZÁLEZ GONZÁLEZ Periodista y Fotógrafo, trabajador de Comunicación en el INEGI y LA JORNADA AGUASCALIENTES.

FOTO DE GERARDO GONZÁLEZ GONZÁLEZ