viernes, 25 de enero de 2008

He estado practicando Yoga desde hace rato. Lo malo es que me enamoré de la maestra. El Yoga saca tu energía al máximo y eso hay que saberlo aprovechar. Lo chusco, es que la clase es a pocos pasos de mi casa. No, mejor dicho no estoy tan enamorado de la maestra.. Joder!! Soy tan bestia que hasta voy al Yoga sintiéndome bestia y lo practico para que se me quite. Por ahora la poesía puede descansar... Ya retornaré a ella o igual y no: lo importante es sentirse mejor, la casa en la que ahora vivo, mi realidad, etc, me hace decir que por el momento --y eso que sí hago poemas y eso que sí tengo una página de poetas donde escribo mis cosas--, pero la poesía por el momento... Además tengo qué levantar un negocio, hay unos pocos centavos para una especie de tienda local de cómics o algo por el estilo. Además ya vienen los cursos de extensión de la autóctona... y muy pronto habrá una noticia literaria, a ver qué..

domingo, 20 de enero de 2008

Se acuerdan del Barón de Beltenebros? ps, ps, maese....

ALBERTO GIRONELLA El 2 de agosto de 1998 murió en San Ángel, México, el artista Alberto Gironella, quien afectado por el cáncer deja, a sus 69 años, una extensa trayectoria en la que incidieron el surrealismo y la herencia cultural mexicana. Como ordenara antes de morir, sus restos fueron cremados en una ceremonia privada en Ciudad de México, antes de dar a conocer a la prensa la noticia de su muerte. Gironella había nacido el 26 de septiembre de 1929 y demostró, desde pequeño, gran inclinación hacia las artes y las letras. A los 19 años funda Clavileño, una revista literaria y artística. Ingresa en la Universidad Nacional Autónoma de México para estudiar letras españolas y en 1950 publica los dos únicos números de su revista literaria Segrel, mientras inicia la redacción de su novela Tiburcio Esquirla. En 1956, Gironella funda la Galería Proteo. Ya ha empezado a pintar y por estos años hace sus primeros retratos de Emiliano Zapata y Porfirio Díaz. Participa en el movimiento llamado "de la ruptura", en el que también están Vlady, Enrique Echeverría, Héctor Xavier, José Luis Cuevas, Fernando García Ponce y Manuel Felguérez, y que intenta trabajar con los referentes artísticos del surrealismo, apartándose de la grandilocuencia del muralismo de Siqueiros, Orozco y Rivera. En 1965 se va a vivir a Francia. A partir de este momento su obra empezará a ser conocida con firmeza en el extranjero. Obras suyas estarán en la exposición surrealista L'Ecart Absolu y en la exposición colectiva Surrealism? organizada por el Museo de Arte Moderno de Estocolmo. En 1968 recibe la beca Guggenheim y en 1970 organiza en la capital mexicana un homenaje a Picasso por sus 90 años. Gironella expondrá en dos ocasiones, en 1972 y 1973, en el Museo del Palacio de Bellas Artes, y presentará su muestra individual La vuelta del hijo pródigo en el Museo de Arte Moderno. En 1980 realiza una serie de tauromaquias con Alechinsky y en 1982 expone su Homenaje a José Bergamín en la Galería de Arte Mexicano. Realiza en 1984 su primera exposición en la Galería OMR, El sueño es un jamón-ultramarinos y miscelánea, y en 1985 participa en la XVIII Bienal de Sao Paulo. En 1992, durante la Feria de Sevilla, expone su muestra El Ramón de las Américas. En 1997 expuso en Zacatecas su muestra Pelo y pluma, durante el I Congreso de la Lengua Española. La casa donde viviera Gironella por las últimas tres décadas, en Valle de Bravo, estado de México, será convertida en un complejo cultural en el que confluirán un museo, una biblioteca, un archivo y gestiones de promoción de los artistas mexicanos. La obra del artista será resguardada por una fundación que se sostendrá con un fideicomiso previsto en el testamento. Entre los otros trabajos que dejó Gironella se encuentra una serie sobre Nietzsche, hecha en colaboración con el editor Hans Mainke, con motivo del centenario de la muerte del filósofo alemán, que se cumplirá el año próximo. También en 2000 una exposición y un libro sirvieron de homenaje al artista mexicano.

sábado, 19 de enero de 2008

Un gran cuento de Marguerite Yourcenar, hay que revisitarlo.

Por Marcos García Caballero A pesar de que Cuentos Orientales pudiera catalogarse como parte de la faceta inicial del proceso creador de la grandiosa Marguerite Yourcenar, atisbamos ya en estos, las preocupaciones, intereses y el talento creador en pleno dominio de la historia corta o cuento (la ficción corta es otra cosa), de esta gran figura de las letras del siglo pasado hace dos XX. Efectivamente, son los viajes que ella realizó durante su juventud por Europa y Asia los que han dejado como documento obras como ésta, que pese al tono tradicional de la prosa en la que transcurre (Yourcenar innovó la literatura como los modernos: es decir por contenidos y no por modas, aunque el tema de la vanguardia es aparte), invitan al lector a reflexionar sobre la forma de vida y las costumbres de Asia, particularmente de la China de hace siglos, con un tono que nos advierte desde el principio que la vida, desde la perspectiva de sus personajes, no es la sucesión de episodios rutinarios por donde se vaga como cualquier individuo podría hacerlo por los pasillos de un aeropuerto con la certeza de que ningún viaje hacia fantásticas tierras le ha prometido el destino. "De cómo fue salvado Wang- Fo" es una historia trágica con enorme victoria poética. La historia del viejo pintor Wang-Fo y su discípulo Ling es la de dos personajes entre los cuales se ha instalado el compromiso vivencial en el cual el neófito en los finos artes de la pintura vive a la caza, inclusive, del más mínimo gesto de su maestro, pues ha sido el mismo a través de su pintura, el que lo ha liberado --en el sentido espiritual de la palabra-- hasta de sus temores más absurdos que por serlo, son los más difíciles de erradicar. Por su parte, el maestro, se ha entregado sin objeciones al mundo idealizado que le construye su alumno y como viejo lobo, intuye que tampoco cualquier otro mundo podría ofrecérsele como interesante, pues ha librado ya las suficientes batallas como para iniciar alguna otra más. Mientras avanza su relato, Yourcenar intenta mezclar y lo logra con fortuna, diferentes metáforas sobre la sensibilidad del ser humano cuando este logra percibir más allá de sus límites al arte que lo trasciende: en este caso, la pintura como elemento taumatúrgico por el cual, el maestro y su discípulo se salvarán, incluso del abrazo de la muerte. De hecho el personaje antagónico, encarnado en un Emperador del reino de Han no logra darse cuenta que ni condenándolos a muerte, podrá sustraerlos de la vida a este par de rebeldes que pese a todo, ¡siguen viendo a la pintura como asunto problemático! Saben --y el maestro lo descubre cuando le encargan su obra final antes de sacarle los ojos y cortarle las manos-- que es difícil volver a construir lo que el emperador le pide en cualquier cuadro, así que su mano arrastra con toda la expresión de un espíritu vivo y pleno, los pincelazos donde creará una obra en la que él y su discípulo recién ejecutado, vayan sobre una canoa alejándose río abajo. Lo que nos da un final de una extraordinaria fuerza poética y auténticamente vital, puesto que el maestro lo sabe, como el título de la obra de Milan Kundera, que "la vida está en otra parte" y no en ese esfuerzo y necedad a la que quiere inducirlo su maldito verdugo. Es aquí donde, como en toda buena obra, se funden la técnica y la profundidad de lo narrado, pues el cuento transcurre, reincide y se va, como diría Octavio Paz en El Arco y la Lira: "al fluir inagotable del murmullo". Oigan, y a propósito de nuestro Nobel, ya son 10 años que se nos fue... qué le hacemos? Unos lo quieren rematar (pero no en estas fechas...), pero a 10 años nadie dice nada... ACEPTEMOS, HAGAMOS MÁS NUESTRA QUE DE ÉL MISMO, SU PASIÓN CRÍTICA.