lunes, 23 de junio de 2008

“No venir de la tradición oral (ni ir a ella) es lo que aparta a la novela de todas las otras formas restantes de literatura en prosa — fábula, leyenda, incluso narraciones cortas. Pero la aparta sobre todo de lo que es narrar. El narrador toma lo que narra de la experiencia, de la propia o de la que le han relatado. Y a su vez la convierte en experiencia de los que escuchan su historia. El novelista en cambio se mantiene aparte.” Walter Benjamín.
Cuando era joven la vida me parecía maravillosa,/ un milagro, oh era hermosa, mágica/ Pero entonces me mandaron a que aprendiera a ser sensato, / Lógico, responsable, práctico, / Y me mostraron un mundo en el que podía ser fiable, / Clínico, intelectual, cínico. The logical song, Supertramp

Autopromoción

En la página: http://www.antroposmoderno.com acabo de publicar una reflexión que pretende ser un diálogo entre la Filosofía y la Poesía, si alguien quiere quemarse las pestañas con un texto de largo aliento, es bienvenido y, sobretodo para checar lo que puede dar de sí los contenidos de ese espacio. El lector tiene la última palabra. MGC

lunes, 2 de junio de 2008

La Capital, Apoteosis juvenil

Entrevista con Iván Ríos Gascón a propósito de su reciente novela Luz estéril, 2003. Marcos García 1.-Iván, primero, gracias por conceder esta entrevista, de tu novela Luz estéril, ¿qué dirías como primer acercamiento a cualquiera sobre tu trabajo, cómo invitarías a la gente a leer la novela? R: Básicamente, la invitación a la lectura de un libro, desciende de la propuesta narrativa. Luz estéril es una novela urbana, cuyos personajes poseen una dimensión muy peculiar: ellos son criaturas que, en apariencia, viven desaforadamente. Son hedonistas, son misántropos –a su manera–, son nihilistas, son perversos, son grotescos: en suma, aspiran a la condición del ser excepcional, aunque la verdad es que representan todo lo contrario, ya que, en realidad, sus existencias son vacías, frías, simples y aburridas, por más que intenten huir del lugar común. Entonces, a partir de estos elementos, la novela comienza a desentrañar sus naturalezas, y el relato cobra fuerza a través de las tentaciones, los complejos y las debilidades de sus personajes. En Luz estéril, los personajes brillan mucho más que el relato en sí, y eso me parece lo mejor del libro. Ahora bien, creo que si existe otra cualidad, si podemos llamarla así, para exhortar a su lectura, ésta sería la del lenguaje: en toda la novela existe una búsqueda constante de la poesía de lo cotidiano, de lo aparentemente efímero o convulso. Marcos García 2.- Cuando nos conocimos allá por 1995, tú trabajabas en el suplemento cultural el búho de Excélsior, ¿cómo resumirías esa iniciática experiencia de cerca de 10 años en el periodismo cultural al lado de gente como René Avilés Fabila? R: Lo mejor de los años en Excélsior, fue la experiencia que adquirí en el periodismo cultural, tanto como editor como articulista. Mi carrera como escritor tiene poco o nada qué ver con el suplemento, porque como narrador, podría decirte que soy autodidacta. Yo jamás he formado parte de talleres literarios, ni mucho menos de una escuela como la de Sogem, así que, bueno, pues digamos que lo mejor de Excélsior se concretó en forjarme como profesional en los medios de comunicación. Marcos García 3.- Luz Estéril es una novela que tiene muchos tipos de referencias, el rock contemporáneo, por ejemplo, otras, los libros de autores consagrados y otra más, la pintura, ¿hay algo que sientas que faltó mencionar como elemento artístico o como parte de la ambientación de la novela o tus ambiciones quedaron satisfechas? R: Bueno, todas esas referencias que mencionas, tienen qué ver únicamente como, digamos, viñetas del ser en la cultura. A lo largo de tu vida o, mejor dicho, de nuestras vidas, vamos recolectando referencias artísticas y culturales, que moldean nuestra personalidad. Todos tenemos un soundtrack de nuestra película existencial; todos hemos leído una obra que influye enormemente en nuestro sentido de la vida; todos amamos un cuadro o una foto, en la medida que nos remite a experiencias dolorosas, trágicas o intensas. Por lo tanto, en Luz estéril estos elementos son como el compás dramático de la historia. Marcos García 4.- Tu imagen en el viento (Aldus 1995) es una novela que sacaste en aquél año y que se podría decir que es continuación de ésta, es decir, te lo pregunto porque la estructura narrativa y casi hasta el tratado del erotismo de los personajes es el mismo… R: No. De ninguna manera Tu imagen en el viento es la primera parte o la antesala de Luz estéril. Todo lo contrario. Ambas novelas son diametralmente distintas, comenzando por la prosa. Quizá tú encuentras analogías en la estructura narrativa y, tal vez, halles resonancias con el tratamiento erótico de ambas novelas, pero yo te diría que esto sólo se debe a mi estilo, mis búsquedas literarias, mi forma de abordar a la ficción. Todo escritor se distingue por la forma de explorar a sus personajes y, por qué no decirlo, de exorcizar a sus demonios. Marcos García 5.- Tú Iván, naciste en 1968, según la novela de Copland ya no eres estrictamente parte de la generación x pero los sigues describiendo, recuerdo que en alguno de tus programas de radio en la extinta Rock 101 hablabas mucho con Jairo Calixto de la Generación X, ¿qué opciones les das? ¿La vacuidad y la pretensión es todo lo que cabe esperar de ellos en el futuro? R: La generación X ya no existe. La generación X nunca existió en México. Cuando Jairo y yo hablábamos de ella, se debía a que era el tema literario de moda. Pero tienes razón: la vacuidad y la pretensión siguen siendo muy actuales y, quizá por ello se da esta coincidencia… Mmm, no. Luz estéril sólo es un retrato de las virtudes y defectos del México contemporáneo, de las generaciones cuyo destino –por nuestra historia, nuestra política y cultura–, es francamente incierto. Marcos García 6.- Por último Iván, ¿cuáles son tus compromisos como escritor? R: Para esto sólo hay una respuesta: escribir bien, crear un relato lo suficientemente divertido, irónico, provocador, lúdico o hasta repulsivo, pero que atrape al lector hasta el fondo de sus más temibles recovecos y, fundamentalmente, que lo haga reflexionar. Lo mejor que le puede pasar a un escritor es que cuando alguien termine de leer su obra, este hipotético lector se quede pensando, molesto o sonriendo tal vez, pero con la sensación de no haber perdido el tiempo…

de Taller literario

Giran y giran los poemas que chupan los cuellos de la inutilidad y el erotismo, la pornografía y el doble sentido. He vuelto a Aguascalientes porque sé que acá nunca vivió mi padre, “Un tal…” como se llame y con currículum enciclopédico de por medio. Nombro por su nombre a la pena interna, Óscar, y la llamo falta de amor, la llamo llaga, simplemente la llamo. Escucho al continente moverse de noche bajo un cielo pedregoso, cual si fuera el aliento de dios acomodándose una vez más en su cuna. En la constelación de Scorpio viene autografiado mi destino, al igual que mis libros y al igual que viene la ciencia muriéndose acuchillada por la tecnología, por falta de azúcar como un medicamento que es el oleaje del viento que encarna y emana una menudencia de vinos y mujeres que ruedan y van hacia donde no se sabe cuándo ni por qué… y perdido ya el porqué, Óscar, regresan y giran y giran y siguen girando las penas… Óscar, los poemas…