POEMA
Para nuestro Eduardo Lizalde
Pensamiento
encabalgado,
jinete
desbocado,
garganta
de caballo,
hacha,
espada, madera
y
una pluma.
Así
se nace entre palabras,
las
palabras que nos ocultan
y
que nos revelan,
así
la palabra, la voz compartida,
reúne,
aniquila los fantasmas
del
peso de estar vivos y vivir, simplemente.
Otra
ocasión, otro día, otro país,
otro
gobierno, otro periódico,
otras
vidas, ¿no están acaso, pensadas y pensados desde
esta
esquina? Donde yo los convoco, donde yo los escucho, donde yo…
Pero
es el Arte, el arte vuelto —en palabras de Álvarez Bravo,
el
fotógrafo— la vía para llegar al espíritu, para llegar al encuentro,
a
lo que vemos todos los días, la guerra de los sexos, en fin,
los
temas que nos ocupan.
¿Alberto
Gironella, el pintor?
¿José
Saramago, el portugués?
¿El
Presidente de España?
¿Los
inmigrantes mexicanos?
¿Los
turistas siempre gritando
en
otro idioma en medio de la gente: No entiendo nada, a dónde ir,
do
you speak english?
El
corazón es la voluntad,
un
secuestro del pensamiento
y
el viento en el valle de México.
Una
oficina, una tía,
una
niña a la que leo las aventuras de Caperucita,
Pinocho,
Blancanieves, etcétera.
Luego
una marcha de protesta…
silencio…
paso a paso voy cargando mi silencio…
de
pronto una mirada de mujer me descubre…
quiero
hablarle, quiero llevarla
lejos
de la ciudad y entonces doy otro paso
y
la realidad ya es otra,
ya
no es silencio, es pensamiento,
y
Dios santo… ¿Para qué pensar en la metafísica si lo que hay
es
un ruido de los mil carajos por todas partes?
¿Para
qué la cultura y luego el amor cada vez más impronunciable?
Pues
entonces, cuando la soledad
es
tan monstruosa y luego tan simple,
uno
se exige buscar a toda costa mejor suerte,
mejor
día, mejor libro, mejorar la tranquilidad
y
también, dejar que el poema repose
como
la tarde y finalmente quede frío,
listo
para ser aumentado y corregido.
Espuma
de playa
silencio…
la
ciudad de 20 millones de mexicanos
parece
quedar muy lejos, y la verdad
soy
yo el que está en medio de ella:
con
poema o sin poema,
el
pensamiento tiembla, pero el
poema
es para ese otro y otra
lejano,
que realmente, es otro universo
y
en ese otro universo,
la
voz golpea y combate,
gira,
es un boomerang,
es
un encuentro, es la metafísica otra vez…
pero
seamos más prácticos;
dejemos
al buen salvaje para seguir,
con
el ancla en el continente de los hombres y mujeres,
preguntándonos
qué demonios es la poesía.
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