Después de leer varios libros de
literatura mexicana reciente, me doy cuenta de algo muy simple: el exceso de
creencia en la fatalidad, es decir: somos miserables, ignorantes, rateros,
estúpidos, merecemos todos los infiernos y bla bla bla… Lo que sucede, creo, es
que para los autores mexicanos también es muy difícil hacer un ejercicio de
purificación personal y hacer el difícil desprendimiento, el desprendimiento de
lo obsceno de la realidad y crear obras que apuntaran hacia otras visiones,
para ser sinceros, hay mucho de rescatable en México, mucha gente valiosa, no
creo en escapismos ni en best-sellers tradicionales, pero los autores jóvenes
deberían empezar a pensar, que es probable que ya haya pasado el juicio final.
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