martes, 8 de noviembre de 2016

LA INVOCACIÓN DE LA MUSA



Vistes de pantalón y blusa blanca,
Te veo sentada,
Murmurándome cosas a la distancia.
En algunas ocasiones, un fin de semana por ejemplo.
Quizá después de una comida en el centro de la ciudad.
Caminando con un agua de Jamaica en la mano
Comienzo a sentirte porque finalmente es inevitable.
Comienzan a correr entre nosotros
Las paletas de limón y la música
De Lacrimosa o So far away so close y poco a poco nos vamos
Saludando: tú con tu identidad en mi conciencia,
Y mi conciencia llena de tus ojos; de una 
Forma tan brutal y tan
Hermosa que parece una despedida en medio del gentío,
Cuando todo comenzaría a reagruparse bello como
Cuando el Sol se pone.
Y así en la calle, con tu fuerza
Y tu energía te siento preguntándome cosas, es curioso ¿sabes?
Es como si lo entendiera todo o tal vez nada: Alegría pura y
El milagro ocurre, y así es porque  tu voz y tus ojos van
Habitándome por completo.
Buscando ciertos elementos en mi pensamiento,
Tratando de encontrar el fondo de mi ser
Y entre la gente voy con el agua de Jamaica y tú
A 400 kilómetros de distancia…
Hacemos un duelo de espadas, y ya no sé si la fruta es naranja
O tal vez fresa, porque he vivido estos años con tanta guerra,
Que parece que entiendo que tu algún día o quizá yo, te pida
De rodillas que veas  televisión, en vez de matrimonio.


 POR MARCOS GARCÍA CABALLERO   OCTUBRE 2016

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