jueves, 11 de septiembre de 2025

DEL ANTITALLER DE NOVELA

 

Antes, sí, ése maldito tiempo pasado, era cuando yo podía ver. Fue hace un año éste maldito accidente cuando perdí la vista. Estábamos jugando en el estudio de mi abuelo con una pistola, estábamos embriagados por el wiskey hasta que me estalló en la mano, también perdí una falange del pulgar derecho. Una desgracia y todo por una tontería de jóvenes que se hacen los muy machos. La casa donde ocurrió está rumbo a la Marquesa, muy cerca de la Ciudad de México. Mi padre quiere mucho ésta casa enorme donde viene la familia los sábados cada quince días. Es de cuatro pisos y tiene un jardín que llega hasta un riachuelo donde hay una cabaña y un azadón donde la familia entera come carne asada cuando vienen, todos ríen, todos conversan y celebran con cerveza y tequila poder venir y seguir viniendo a la casa del abogado Manuel, mi padre, y Beatriz, su esposa, a la que todos quieren de manera especial. Odio no tener qué presumir ante ésa familia que viene, los quiero, eso sin duda, pero todo empezó cuando mi amigo José nos regaló mariguana en la escuela, por ésas fechas que me explotó la pistola en la mano y perdí la vista y algo del pulgar derecho, no sé cómo pero de repente mis amigos y yo ya estábamos en el que era mi coche y todos fumando mariguana, la maldita droga nos encantó, hasta que pasó ese accidente en el estudio de mi abuelo, es un vejete que fue fundador de un colegio de abogacía y que mi padre tomó como lo mejor que se podía hacer para mí, continuar la tradición: “Hijo, eres un Rabasa, también tú serás abogado”. Mi padre tuvo que sacrificar su verdadera profesión, que era, incluso artística, él quería ser poeta, me lo ha contado varias veces. Contra lo que pudiera pensarse, no tomó represalias contra mí por lo de la pistola del abuelo, para Beatriz y Manuel, soy un hijo ejemplar, que simplemente tuvo un accidente; traigo vendajes en los ojos porque hay una pequeña, yo quisiera que fuera enorme, posibilidad de recuperar la vista. Mis amigos dicen que sí, que podría volver a la escuela, ojalá que eso sucediera. Me vienen a visitar mis compañeras de la prepa, han sido muy lindas, dicen que la prepa no es lo mismo sin mí, no estoy triste. Tengo el convencimiento de que, con ésta última operación que viene, podré recuperar la vista. (He pasado ya por dos operaciones fallidas). Ésta operación que viene será en un mes. Tengo confianza, extraño el tequila y la cerveza pero no la mariguana. Estoy convencido de que volveré a ver, lo deseo tanto, todos los días le rezo a los santos, dicen por ahí que es el santo San Marcos el de los videntes o con problemas como el mío, no sé, (me comprenderán si les digo que es mejor para mí estar en la casa de los cuatro pisos que intentar salir a la ciudad de México).

Aunque no veo aprieto los ojos con fuerza, sin sentir ningún dolor y creo que rezo, quién sabe, finalmente espero se cumpla ya este mes.

 

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