martes, 7 de diciembre de 2010

Hoo, Winona...

Ahí te va un poema mío, es de los viejitos: A través de las franjas blancas de la persiana observo al día que abre sus alas como una mariposa monarca Anoche fuimos un navegar tranquilo de mármoles negros, un oscuro tronco que poco a poco fui trepando para envolverme con tu cuerpo. Para recuperar esa tibieza, para no morir no, antes de caer en los telares del tiempo. Sutil extrañeza, fue como un desierto y una selva la sensación de nuestra hondura. Allá afuera, lejos, una andanada de polvo se levanta y Aguascalientes sigue siendo una pregunta arrojándose a la incertidumbre de los vientos. Éste poema mío me gusta mucho, y más porque me lo pagaron en la revista donde fue publicado, ahora que, debajo de la cama de l piso de arriba de la casa editorial donde fue planeado, me corrieron a la madrugada siguiente (seguramente sólo les gustó el final) ejem... Pero se lo dedico a Winona porque siempre estuvo presente, en su honor y con respeto. *Nota Del Autor.

No hay comentarios: