miércoles, 30 de agosto de 2023

POR MARCOS GARCÍA CABALLERO POESÍA MIRA MI SOMBRA

 

C A D E N A S

 

                               Arrastro con mi mano

                        la otra mano de un cadáver

                        y sabemos ambos

(él desde la muerte profunda como el sueño

y yo desde la ilusión),

                        que no es vida o muerte lo que compartimos.

Con la igualdad cósmica

que él grita desde su pesadilla

                        y yo desde el agujero de mi sombra con sombrero

                        que pulula sola en la avenida.

Hemos venido a dar aquí juntos

para certificar que la fantasía

es el abrevadero de la conciencia humana

atorada en el deseo:

la muerte y su reverso: voz, respuesta o alegría.

                        Quizá...

                        Mas lo arrastro y no me canso, me conduelo.

                        Su mano que rodea a la mía lo delata,

quizá él en vida perteneció a mi tierra,

                        lloró, bebió y amó al parecer igual que yo, pero yo no lo conozco.

                        Estoy obligado a no mirarlo.

                        Quizá es mi hermano, mi padre o el viejo

que soldaba fierros a la vuelta de la esquina,

cuando el sol resplandecía en las aceras y el olor a comida y carbón atraía a las familias a sentarse en los comederos

dispuestos por toda la calle, inconmensurable.

La mano de este cadáver pesa poco,

soy yo el que con mis pasos me voy perdiendo,

no sé si por locura, orfandad o miedo,

pero aquel recuerdo lejano de mi calle y aquel viejo,

un beso de mi ex novia,

la galaxia que dibujaba en el pizarrón mi maestro,

o el cuento desmadrado que todavía no acabo,

me hacen dudar si arrastro o soy yo el arrastrado.

                       

 

 

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