miércoles, 24 de mayo de 2023

DE JOTAMARIO ARBELÁEZ

La lectura en tinieblas

Mi padre no me dejaba leer la Biblia

ni el Manifiesto Comunista

para que no gastara la poca luz

que podía pagar para la casa.

Me quitaba el bombillo y dormía con él bajo la almohada

remordiéndole la conciencia

pero al pie de la cama de mi cuarto también roncaba la 

nevera

e instalado a los pies de mi cama con la nevera abierta

leía de la medianoche a los gallos

de la crucifixión de San Pedro cabeza abajo,

de la lapidación de Pablo en Listra

y de la pasada por la espada de Santiago en los Hechos de

los Apóstoles,

de las tribulaciones de Panait Istrati,

las duras prisiones de Nazim Hikmet

y las torturas de Julius Fuick en su reportaje al pie del

patíbulo

hasta que se me helaban los huesos.


 

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