Hace no mucho tiempo, fue en éste
año, salió en el periódico El Mundo (sí en España, me enviaron la nota
por whats app), una serie de comentarios sobre Thomas Mann y la vida que rodeó
al creador de La Montaña Mágica, ese simple hecho es bienvenido: nos
recuerda que no todos los días convivimos en nuestras librerías con obras
maestras, la verdadera argumentación nos debería hacer decir: no todos los días
se publican obras del tamaño y la importancia de Dr Faustus o La
Montaña Mágica. Me parece importante que nuestra sociedad reconozca,
mediante la educación de nivel medio superior o secundaria, lo que es la
confitería del día con día, y lo que es algo como éstas dos grandes novelas: un
argumento necesario sobre lo valiosísimo de identificarnos, lo más que podamos,
con obras del calibre de ésas dos de Mann y les comento: en efecto, leo La
Montaña Mágica voy en la página 515, mi cerebro se pone feliz cada que
vuelvo a ésa lectura, me imagino el momento central de llegar al final. El
comentario del periódico El Mundo se titulaba “Los Kennedy de la
Literatura”, No es que sea escandaloso, pero quisiera comentar algo más, es
decir, es que me llama mucho la atención Teresa del Conde, la directora
anterior del Museo de Arte Moderno en Reforma en la ciudad de México. Ella le
contó a las cámaras de video de la Gandhi que su libro favorito era ése, y
también algo parecido dijo Jorge Volpi. Las dos novelas son cimiento, base he
invención del boom latinoamericano, pero por supuesto, pero lo que hace
deliciosa a La Montaña Mágica es que es rebelde al concepto sobre ella,
es una novela fundamental por supuesto, podría decirse que la Montaña… es una
novela donde hay un viaje a una zona indeterminada de Europa pero con altura de
clima frío, donde los personajes charlan sobre el presente de la humanidad, (un
presente no fijo pero suponemos que es en los años veintes del siglo XX cuando
se publicó la novela), pero lo verdadero es que es una meada ese comentario,
habla de eso y mucho más, habla de lo ambiguo que nos resulta la postura
política de los músicos, de la música, habla de las zonas boscosas de Europa,
habla de el monje Lasalle, los personajes brillan mucho, como por supuesto el
narrador omnisciente, hay un momento reciente en la novela según mi lectura,
donde muere un personaje, uno importante para todo lo que cuenta Mann, y es de
recordarse porque habla de la muerte éste cuate, pero de una manera tan clara,
tan esclarecida, es cierto discutió con uno de los filósofos de la escuela de
Frankfurt, tuvieron sus polémicas, lo interesante es éste corte narrativo, éste
grandioso big brother que tuvieron los Latinoamericanos del Boom, quiero
empezar a decir algo significante de Mann. Me avasalla, me parece estupendo, ¡y
me faltan 150 páginas! Qué les puedo decir, más que léanlo, es un libro clásico,
Carlos Fuentes, García Márquez y Vargas Llosa se inspiraron en él, ¿poca cosa,
no les parece?
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