“El hombre debería saber que del cerebro, y no de otro lugar
vienen las alegrías, los placeres, la
risa y la broma, y también las tristezas,
la aflicción, el abatimiento, y los lamentos. Y con el
mismo órgano, de una
manera especial, adquirimos el juicio y el saber, la vista y el oído y
sabemos
lo que está bien y lo que está mal, lo que es trampa y lo que es justo, lo que
es dulce y
lo que es insípido, algunas de estas cosas las percibimos por
costumbre, y otras por su
utilidad… Y a través del mismo órgano nos volvemos
locos y deliramos, y el miedo y los
terrores nos asaltan, algunos de noche y
otros de día, así como los sueños y los delirios
indeseables, las
preocupaciones que no tienen razón de ser, la ignorancia de las circunstancias
presentes, el desasosiego y la torpeza. Todas estas cosas las sufrimos desde el
cerebro”
Hipocrates de Cos (Ἱπποκράτης ὁ Κῷος), c. 460
a. C. - Tesalia c. 370 a. C., fue un médico de
la Antigua Grecia que ejerció durante el llamado siglo de
Pericles. Es considerado una de las figuras más destacadas de la historia
de la medicina y muchos autores se refieren a él como el «padre de la medicina» en
reconocimiento a sus importantes y duraderas contribuciones a
esta ciencia como fundador de la escuela que lleva su nombre. Esta
escuela intelectual revolucionó la medicina de la Antigua Grecia,
estableciéndola como una disciplina separada de otros campos con los cuales se
la había asociado tradicionalmente
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