La gente inteligente empieza comprando libros. La
gente inteligente lee los libros que compra, al principio de su trayecto de
lectura, la gente inteligente se siente de hecho inteligencísima, y de hecho
así es. Pero también pasan los años sobre la gente inteligente, la gente
inteligente empieza a sentirse rara, y lo que pasa es que en realidad demasiada
inteligencia es peligrosa, es inquietante, no cabe en ningún lado. Luego, poco
a poco, la gente inteligente deja de comprar tantos libros, es entonces que la
gente inteligente siente que por culpa de tanta inteligencia, puede ser que
haya perdido amores, que quizá en un arrebato le dijo imbécil al jefe o
superior de la empresa, de la oficina, cualquier cosa, cualquier acto o conducta
que salió y costó carísimo. Es entonces cuando la gente inteligente siente que
le debe al mundo su cuota de estupidez, nada pasa, pero la gente inteligente
empieza a ver más televisión, empieza a olvidarse de los libros… esos libros,
carajo, ¡Esas malditas historias! ¡Esos malditos autores que pusieron las bases
de la civilización! Entonces, la gente inteligente se empieza a confundirse con
la gente común y corriente… hasta que un buen día, esa gente, que fue tan inteligente
comienza a preguntarse de dónde salió esa panza, de dónde salió toda esa basura
mental que antes no creía, y envejece, toda la jodida gente común y corriente…
¿Qué qué pasó? ¡Fernando del Paso se ganó el premio Cervantes, el máximo
galardón a las letras en nuestra lengua! No tiene importancia, dice la gente
común y corriente…
1 comentario:
Muy bueno Marcos, elocuente y un poco inteligente.
Publicar un comentario