sábado, 8 de junio de 2013

Crepúsculo Inmediato



para Argelia

Aún en la noche hay sombras vagas


que merodean sobre nuestro descanso,

vano descanso dado a los humanos,

celosamente empeñados en mirar

la claridad detrás de la penumbra,

la verdad íntima de las palabras,

y la voz tan callada del silencio.

Mas el misterio se niega con fuerza

a revelarnos su negro secreto,

si antes no ha cobrado el empeño

diario del mísero y solitario,

mas no callado raro pensamiento.

 

Puesto que duras son aquellas preguntas

que invitadas llegan después del alba

y del día y la tarde a la noche desatada

sin una respuesta o una corazonada.

¿Acaso un ojo metálico y su brillo,

muy por encima de todos los techos

nos observa, distante y silencioso

ahogarnos ya en nuestros propios sueños?

 

Al fin el hombre ha trocado el nombre

de su flamígera soledad creída,

y no conforme busca, siempre busca,

loco está buscando la manera,

el modo de cambiarla, ofrecerla,

perderla ya de su faz poseída,

o negociarla a cambio

de escombros

que dejará sobre la cama donde

acostará

su gran fatídico descanso roto.

 

El hombre, guía ciego, se resiste a saber

lo que ha sido -lo que es, mucho antes

de que su reino de imágenes huecas

lo deslumbraran, disminuyéndolo,

con su civilización toda a cuestas.

 

Este llamado hombre que camina

con la certeza rara de sentirse

vivo,

creyéndolo así por causa, sí,

de los recuerdos sí, aún los muertos

sí, y peor los vivos;

o por su cuerpo malherido y atado

a la constante angustia que devora

el pan del sueño, poco y necesario.

 

¿Mas cuáles son las preguntas impuestas

que lo arrebatan,

que niegan su calma?

Acaso impuestas por el mismo demonio

que lleva dentro y no lo deja, no

a sol ni a sombra,

sólo en el lugar,

en el intersticio de su vigilia.

 

¿Cuáles son las preguntas que regresan?

¿Qué es el hombre y qué lo motiva,

ir y sucumbir ya herido o muerto

por esta causa de su triste guerra?,

¿por qué matamos?,

con balas, mentiras,

bombas,

misiles o palabras fraticidas.

 

¿Cómo será el día de mañana?

Y las preguntas añejas, conocidas,

que día a día arrasan nuestros reclamos

o mal llamados sueños de vigilia,

siguen, persiguen, cual fieras con hambre

hasta ser del cuerpo y el pensamiento

una presa ya fatigada por desvelo.

 

Mas de pasión y cuerpo y alma

es este hombre, también de entrega,

entendimiento

y de equívocas ideas.
 
 
SERGIO VICARIO, POETA, NARRADOR Y PROMOTOR CULTURAL. ENTRE SUS LIBROS: "BARÍTONO DE LUZ" (TIERRA ADENTRO AÑO 2000)

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