jueves, 8 de septiembre de 2011

LA CULTURA FRENTE A LA HISTORIA

Agradezco al ITC

Y a su Director
Dr. Sabino Yano Bretón
La invitación para abrir con ustedes este
Primer Coloquio sobre la Cultura

Agradezco la hospitalidad que nos brinda
Rocío Velázquez Llorente
Directora del Museo Miguel N. Lira
Nuestra Moderadora en este Díalogo Cultural

Agradezco
A la Mtra. Milena Koprivitza
Directora del Colegio de Historia
A la dramaturga Gloria Miravet
A W. Herrera, Escritor,
Al Periodista Fernando Castillo
Al Politólogo Patricio Lima
Su presencia y disposición a Comentar estas líneas sobre

LA CULTURA FRENTE A LA HISTORIA

La CULTURA en su máxima expresión es una revelación de la vigencia del Humanismo en el Mundo.

Aquí no hay respuestas.

La pregunta que ánima esta líneas, solo invita a pensar, a mantener viva nuestra capacidad de asombro, a dejar de pensar, como lo dijera el viejo filosofo Aleman, Hegel, que todo lo real es real. A descubrir que el mundo dado se deshace cuando alguien pregunta y dibuja un pensamiento.

¿Cuál es la percepción Cultural que tenemos de nuestro entorno? ¿Cúal es el Mundo que nos rodea? ¿Dónde estamos parados? ¿Hacia dónde está avanzando la humanidad? Frente a nosotros un mar de hechos históricos desatan nuestro desasosiego con un haz de interrogantes que la Política reinante rehúsa y evade responder. Guerras injustas y las que se quieren proclamar justas; pandemias que azotan al planeta, sea como el crimen organizado, como el terrorismo de Estado o el terrorismo que busca desesperadamente justificarse en una premisa religiosa, sea como el sida, como la violencia contra las mujeres, sea como el tráfico de niños en las redes de la pornografía infantil, ó como la cínica generalización de la corrupción de Gobiernos y Políticos. El hecho es que todas las Naciones, todas las sociedades, están siendo atacadas. La desvergüenza es la reina de los escenarios políticos. Los lazos de la convivencia humana se rompen, el deterioro de la calidad de vida se generaliza. La ética de la vida pública ha sido expulsada, arrojada al basurero de la historia. El bien común, las bases de la razón misma de la praxis política, está cuestionada por el predominio del individualismo, y los intereses de grupo, de las mafias, de las tribus que consideran al Poder Público como un botín. Los gobiernos están cruzados por estos obscuros intereses que enmascaran sus actos con demagogia. La crisis de credibilidad del Político y sus partidos sigue arrastrando a las sociedades. La Democracia hace agua por todas partes ante los millones de excluidos, revelando que la Democracia vigente es únicamente electorera sin efectos reales hacia los ciudadanos.

La Cultura frente a la Historia se manifiesta como su Alter ego. La conciencia de la Historia. La conciencia que va más allá de las meras circunstancias del acontecer. La Cultura arroja un haz de preguntas a la acción del hombre en la Historia, desdobla la razón, el sentido mismo de dichas acciones, y desgrana los objetivos que se persiguen. Contrapone un haz de dudas, desmitifica los fines, los medios, sacude a la razón misma de la acción Histórica para preguntarle sobre todas sus motivaciones y nos muestra al Actor frente a las verdades inocultables de sus fines últimos.

La Poesía, la Novela, el Cuento, el Ensayo, el Teatro, la Pintura, el Cine, la Escultura, todas las expresiones artísticas, todos los giros en que se expresa la CULTURA nos dan cuenta de la Historia que transcurre, nos relatan esa circunstancia efímera. Poetas, Dramaturgos, Novelistas, Ensayistas, Artistas nos revelan los signos y significados de la Historia. Es inmensa la lista de intelectuales, artistas que con sus Obras han iluminado la oscuridad de la Historia Contemporánea, Antigua y Presente.

Una y otra vez, la CULTURA arroja luz sobre esta Historia efímera, Gobiernos, Dictaduras, Reinados que han pretendido eternizarse en el Poder, Democracias endebles donde sus pueblos claman por un Gobierno Autoritario que les de pan y trabajo. La CULTURA se ha anticipado a su decadencia, ha revelado su agotamiento, y mostrado las bases endebles de estos Poderes. Ahí esta la Obra de Shakespeare para LEER el drama y la tragedia en que se debate el Poder Actual. También está la Obra de Milan Kundera que desde el interior del Mito del Siglo XX, la Utopía del Comunismo, sigue reverberando para iluminarnos sobre todo tipo de fundamentalismos. Ahí está la lucidez de Isaiah Berlín revelando la mistificación de las ideologías de derecha y de izquierda.

Está la pregunta angustiante que se hizo Francois Furet, la que nos sigue iluminando: ¿Cómo pudo el comunismo, a pesar del giro que tomaron los acontecimientos desde el inicio de los años veinte, inspirar tanta confianza más allá de sus fronteras, movilizar a una multitud de guerrilleros de la izquierda occidental y fascinar a tan gran número de intelectuales? Esta pregunta es el centro alrededor del cual gira su obra de Furet, Le Passé d'une illusion (El pasado de una ilusión).

No solo la Utopía del Socialismo real ha sido examinada por el Arte y la Cultura. El Fascismo, las Diversas Dictaduras, los múltiples tiranos, los sátrapas, las Dictaduras Militares, nuestras modernas y actuales Democracias cruzadas por la bestia de la corrupción. Karl R. Popper con su Obra, La sociedad abierta y sus enemigos abrió el camino a un renacimiento del pensamiento crítico sobre el Poder, al que le han seguido entre muchos otros, Jürgen Habermas.

Mario Vargas Llosa, con una metáfora “La dictadura perfecta” iluminó la historia política de México. Octavio Paz el Ogro filantrópico, Carlos Fuentes, Carlos Monsivaís, Jorge Volpi, con “El fin de la locura”, etc, etc.

Así, la Cultura frente a la Historia real y actual del Mundo Contemporáneo descorre el velo que cubre a los intereses ocultos que están llevando a los crimines políticos, abre los sótanos en que se tejen las peores canalladas contra la sociedad y los ciudadanos de a pié, ventila y pone a la luz pública a toda una generación de mercenarios que están haciendo política hoy en el mundo actual.

La Cultura frente a la Historia revela en toda su desnudez a la Política reinante, en México, América Latina, Europa, Estados Unidos y en todo el Mundo Contemporáneo. La Cultura muestra el porque del espectáculo mediático que celebra la miseria de la Política, hundida en el fango de la corrupción, el cinismo, la prepotencia y la impunidad. Además pone al descubierto la pobreza y mezquindad de los políticos contemporáneos. La Cultura despoja a los escenarios políticos de sus velos, de sus oropeles para evidenciar la pequeñez de sus miras e intereses frente a las urgentes necesidades de la Sociedad Contemporánea.

La Cultura explica y expone porqué el paradigma reinante en la Política es el pragmatismo en donde se dan y negocian los pequeños intereses de grupos, de corrientes y de mafias políticas, al ras de la tierra, sin ninguna perspectiva social e histórica de gran envergadura, dejando a un lado el valor del bien común, el valor y la trascendencia de una visión de estadista frente al Mundo Contemporáneo. Políticos pequeños alzando la voz sobre un tabique, pequeñez de miras, privilegiando sus pequeños intereses personales, la posesión del poder por el poder.

Reitero, en la Historia Contemporánea que tenemos a la vista campean en sus escenarios internacionales, regionales y nacionales la desvergüenza, el cinismo, la impunidad. Cuando ahora y aquí hay una demanda generalizada de liderazgos con visión comprometida con sus pueblos y de acción de Políticas Públicas que atiendan la lacerante desigualdad social existente en las sociedades actuales.

Nunca la CULTURA se ha postulado como una visión moralista de la Historia. La CULTURA no postula el reino de los angeles, sólo revela la condición del ser humano frente al Poder. Nunca como un Codigo de ética a seguir. Nunca como una verdad absoluta y sí como un ejercicio de la libertad espiritual del ser humano a pensar, a crear, a revelar las antípodas de lo que se presenta como un axioma absoluto. Por eso, la CULTURA es polisémica y en su máxima expresión sigue siendo una revelación de la vigencia del Humanismo en el Mundo frente a la Historia presente.

Permítanme concluir. Con las líneas expuestas he querido mostrar que se ha cumplido al pie de la letra la tesis de Francis Fukuyama expuesta en su obra: El Fin de la Historia; porque no hay duda de que en el escenario mundial lo que domina es el reino del pragmatismo un fenómeno evanescente con el que se ha pretendido fundar “la muerte de la Historia”. Ha sido borrado el pasado. Anulada la memoria. Los diversos actores sociales, gobiernos, líderes y políticos han renunciado a la Historia. No hay ninguna explicación para la acumulación de millones de pobres en el planeta. No hay Historia para explicar por qué se ha pulverizado el salario. No hay Historia para explicar por qué millones de seres humanos emigran hacia otros puntos del planeta todos los días. No hay Historia para explicar por qué las sociedades decidieron desmantelar sus economías, malbaratar todos sus activos que costaron enormes esfuerzos a sus pueblos y adoptaron la dependencia total para alimentarse.

No hay Historia. Los actores sociales y los políticos del momento solo apelan a que los ciudadanos creamos en ellos, que tengamos fé en sus promesas. Líderes, gobiernos, actores sociales, políticos encubiertos con color azul, amarillo, verde, blanco, colorado, naranja ó arcoíris se hunden en el pragmatismo perdiendo toda identidad y diferenciación.

La Historia nos entregaba profundas explicaciones a realidades complejas sobre el presente, sobre el pasado y argumentaba con un cúmulo de hipótesis, ideas, pensamientos, tendencias, factores, indicadores para qué pudiéramos ver y pensar el futuro.

Ahora, no hay pasado, no hay futuro. Lo que domina en el escenario mundial es el instante efímero. La acción pragmática que va a la deriva, que se improvisa a cada nuevo instante y que no sabe de dónde viene, quién es, ni hacia dónde va. Es la desmemoria, el reino del olvido. En vilo frente a nosotros la paradoja y la contradicción que Hegel expresó en el siglo XIX y que yo formulo como interrogante ¿Realmente todo lo real es real?



Muchas gracias

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