lunes, 30 de agosto de 2010

Notas personales para futuros ensayos

En todas las épocas y en todas las culturas, los hombres se han preguntado por las cosas que los rodean. Los hombres primitivos, desnudos, constructores de herramientas, comienzan a vestirse y acatar las primeras pautas sociales, comienzan a gastarse algunas bromas entre sí y poco a poco la brutalidad, en su sentido literal, evoluciona y se transforma en hipernerviosismo. Según nos lo avisa el luminoso texto de Engels, existe cierta vergüenza entre los investigadores que lo antecedieron, en reconocer la poliandria y el incesto, propia, según aquellos, sólo de mamíferos menos evolucionados. Como en toda ofensa de la ciencia al género humano, reconocer estos inicios no nos hace más indignos sino más sabios y me atrevería a decir que a asumir nuestra autoconciencia de la sexualidad y de la vida privada de modo cada vez más inexorablemente moderno, con todo lo que esto implica. En la actualidad, hablar de crisis en la familia implica aceptar que la sociedad se ha complejizado como nunca antes en su historia, cada vez hay las más diversas formas de ver el mundo, el amor, la belleza, el tiempo y la sociedad misma en su relación entre la masa y el individuo, o, aún más, masa, individuo y estado, donde los elementos de ésta triada indisoluble le echa la culpa de los males comunes a los restantes. Según un reportaje aparecido el 20 de diciembre de 2001 en el periódico La Jornada, la asociación “Por una paternidad más padre” efectuó un estudio entre los niños de escuela primaria de todo el país, en el cual, se pedía a los niños que dibujaran como veían a su padre. Los resultados no pueden ser más desgarradores. Niños que veían a sus padres alcoholizados, golpeándole a sus esposas o incluso como ogros terribles que los golpean. Los hijos de éste patriarcado a la mexicana mal entendido, serán los delincuentes, los homosexuales y los corruptos del día de mañana. Afortunadamente, en nuestro país poco a poco se van gestando más ONGs de mujeres que se preocupan por atender los problemas de las madres solteras recién salidas de la pubertad, las relaciones de pareja, etcétera. Preveo que de las mujeres de mañana, las trabajadoras, las fuertes y las más inteligentes, tendremos mucho que aprender los hombres, para, por ejemplo, que desaparezcan los casos alarmantes de los ahora temas candentes: el aborto, la violación o la indigna situación de las mujeres asesinadas en ciudad Juárez,

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