viernes, 29 de mayo de 2009

POEMA

Sujeto al poema, con su dedo de luz, con su garganta de caoba, busco a tientas el hallazgo
luminoso de su bestia en brama: el concepto del poema es la realidad intangible de lo que el porvenir dicta, de lo que el porvenir escucha... y lo que proviene de lejos será el punto de partida:
la realidad del asombro y el escombro, la silueta azul de una mujer, el mástil gris de la batalla por donde pasaron en silencio todos
los muertos de la memoria
los que medran en la totalidad con sus restos y los que se atreven a cantar victoria en el escalón torcido de una serenidad amedrentada. Hemos crecido hasta ser pumas y nos hemos acostado con las hembras de los loros, hemos sido piratas de epopeya y hemos perdido la sabiduría de la rutina. Yo tenía mi ruina particular para aprender a quejarme
de la humillación del cuerpo
y los lamentos amargos del espíritu, por eso pido prisa para esta calma de brevedad curtida donde mi sangre reposa del otro lado de la soberbia: madera de carne roja
para finalizar la tarea: mi alma, mi tiempo y mi risa son tres caras y tres espejos para enfatizar y exagerar la elocuencia, es decir y es decir ya algo en claro, que la bestia negra por hoy descansa.

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