domingo, 10 de mayo de 2009

POEMA

Para los poetas José Vicente Anaya y Arturo Valdez Castro, liga en ésta página. Pensamiento encabalgado, jinete desbocado, garganta de caballo, hacha, espada, madera y una pluma. Así se nace entre palabras, las palabras que nos ocultan y que nos revelan, así la palabra, la voz compartida, reúne, aniquila los fantasmas del peso de estar vivos y vivir, simplemente. Otra ocasión, otro día, otro país, otro gobierno, otro periódico, otras vidas, ¿No están acaso, pensadas y pensados desde esta esquina? Donde yo los convoco, donde yo los escucho, donde yo… Pero es el Arte, el arte vuelto —en palabras de Álvarez Bravo, el fotógrafo— la vía para llegar al espíritu, para llegar al encuentro, a lo que vemos todos los días, la guerra de los sexos, en fin, los temas que nos ocupan. ¿Alberto Gironella el pintor? ¿José Saramago el portugués? ¿El Presidente de España? ¿Los inmigrantes mexicanos? ¿Los turistas siempre gritando en otro idioma en medio de la gente: No entiendo nada, a dónde ir, are you speak english? El corazón es la voluntad, un secuestro del pensamiento y el viento en el valle de México. Una oficina, una tía, una niña que le leo las aventuras de Caperucita, Pinocho, Blancanieves, etcétera. Luego una marcha de protesta… silencio… paso a paso voy cargando mi silencio… de pronto una mirada de mujer me descubre… quiero hablarle, quiero llevarla lejos de la ciudad y entonces doy otro paso y la realidad ya es otra, ya no es silencio, es pensamiento, y Dios santo… ¿Para qué pensar en la metafísica si lo que hay es un ruido de los mil carajos por todas partes? ¿Para qué la cultura y luego el amor cada vez más impronunciable? Pues entonces, cuando la soledad es tan monstruosa y luego tan simple, uno se exige buscar a toda costa mejor suerte, mejor día, mejor libro, mejorar la tranquilidad y también, dejar que el poema repose como la tarde y finalmente quede frío, listo para ser aumentado y corregido. Espuma de playa silencio… la ciudad de 20 millones de mexicanos parece quedar muy lejos, y la verdad soy yo el que está en medio de ella: con poema o sin poema, el pensamiento tiembla, pero el poema es para ese otro y otra lejano, que realmente, es otro universo y en ese otro universo, la voz golpea y combate, gira, es un boomerang, es un encuentro, es la metafísica otra vez… pero seamos más prácticos; dejemos al buen salvaje para seguir, con el ancla en el continente de los hombres y mujeres, preguntándonos qué demonios es la poesía.

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