sábado, 15 de marzo de 2008

Indicadores de cultura Leer en México POR GERARDO OCHOA SANDY Revista Este País (Se adjunta PDF con gráficas) Tomado de http://www.foromexi canodelacultura. org/node/ 367#attachments La valiosa y pormenorizada Encuesta Nacional de Lectura (ENL) de CONACULTA (México, 2006) facilita muchas aproximaciones al tema. Las han emprendido ya diversos especialistas desde las perspectivas editorial, sociológica y geográfica, educativa, de fomento a la lectura y consumo cultural. Hay también quienes han derivado propuestas concretas que eventualmente podrían incorporarse al programa educativo del gobierno actual. Elijamos una de entre las muchas posibilidades de acercamiento a la ENL. La pregunta de por qué no lee el mexicano arroja un dato que pareciera revelador: contra la opinión general según la cual el mexicano no lee porque no le gusta, se dice que no lo hace porque no tiene tiempo. La pregunta múltiple, cuyos resultados no suman 100%, interroga de frente al encuestado: “¿Cuáles son las principales razones por las que usted no lee?” La falta de tiempo, responde el 69.95%. Ésa es de paso también la razón por la cual el 52% no asiste a las bibliotecas. El mexicano leería, pero no tiene tiempo, qué calamidad. La realidad es otra. Veamos por qué. Si nos remitimos a otras variables, la presunción de que sólo bastaría tiempo para volvernos un país de lectores se disipa. El 30% de los encuestados aceptó, sin rodeos, su falta de gusto por la lectura. Hay algunas otras respuestas que de una manera diferente afirmarían algo similar. El 19.1%, por ejemplo, dijo que prefiere otras actividades recreativas. El 14.4% dijo que de plano le da pereza. El 13.2% dijo que no le interesa lo que tiene a su alcance. El 3% dijo que no le gusta la lectura porque es obligada. La falta de gusto por la lectura es una razón de índole general y las demás refieren a algunas de las causas. Si las agrupamos, el total de quienes no leen porque no les gusta, sea cual sea la razón, ascendería a 79.7%. La falta de tiempo, al compararse con otros indicadores, se desmorona como causa principal. La formulación: “Lugar que ocupa la lectura en su tiempo libre”, también de respuesta múltiple, clarifica la situación. Los mexicanos caen redonditos: el 41.1% prefiere la televisión, el 29.2% descansa, el 21.7% se reúne con amigos o familiares, el 15.7% va al cine y el 11.7% a fiestas. Sólo el 12.5% lee libros en el tiempo libre y 1.2% “lee” por Internet. La respuesta a la pregunta: “¿Cuál considera que es el principal problema que enfrentan las personas para no leer?”, más general y sin dirigirse directamente al encuestado, confirma que la falta de tiempo no es una respuesta confiable. Sólo el 8.6% asegura que los demás no leen por esa razón y 52.4% considera que las causas son más bien la falta de interés, hábito, educación, cultura o información y el analfabetismo. “Yo no leo porque no tengo tiempo, los demás no leen porque no les interesa, ven la tele…”, etcétera. Si acaso hubiese dudas, la formulación: “Principal razón para leer” acaba despejándolas. La respuesta, en esta ocasión, no es múltiple, por lo que sí se redondea al 100%. Sólo al 9.2% le gusta, sólo el 8.0% lo considera relevante para su crecimiento personal, sólo el 6.8% se divierte al hacerlo y sólo el 1.8% lo hace para tener tema de conversación. Y a los jóvenes entre 12 y 17 años es a quienes menos les gusta. El 54.8% lo hace para la escuela y el 13.3% para informarse. Sólo el 6% lo hace por diversión, el 5.5% por crecimiento personal, el 4.8% porque le gusta, el 3.7% por “actualización” , el 2.1% como tema de plática. Los porcentajes más bajos demuestran que el intelectual y el sacerdote no son de ningún modo referentes para la juventud. Sólo el 1.1% de los muchachos de esas edades afirmó que leía para ser culto y el 0.3% por motivos religiosos. Y no olvidemos que por “lectura” se entiende en México un promedio de 2.9 libros al año. El libro, se alega, no es ya el único soporte. Sigamos con la encuesta y advertiremos que el Internet ni tiene la culpa de que no se lean libros ni necesariamente sustituye la lectura de libros o de la palabra impresa en general. El 24.2% del total de encuestados, una cuarta parte, utiliza Internet. La pregunta: “¿Para qué usa Internet?”, también de respuesta múltiple, reporta que el 52% lo emplea para enviar y recibir correo electrónico, el 45.5% para “estudiar” (de lo cual inferiríamos que lo utiliza para las tareas), el 44.7% para chatear, el 29.3% lo ha vuelto una herramienta de trabajo, el 17.3% escucha música, el 15.4% se informa de “actividades” y el 9.9% juega. Sólo 2.5% lee periódicos y revistas. Esta pregunta acaso fue formulada de manera incompleta y se nos escapa un dato esencial. Incluye la alternativa de “Informarse de actividades” pero no la de “Navegar” ni la de informarse de temas de interés propio. Variantes que reportarían, junto con preguntas adicionales referidas a los “Temas sobre los que navegas por Internet” y las horas-día dedicadas a la lectura de esos temas, también ausentes, qué tanto está leyendo y sobre qué cuestiones el mexicano en general a través de la web. Y los jóvenes en particular. La encuesta los confirma como el segmento más asiduo a Internet. Una pregunta de respuesta múltiple reporta que el 36.1% tiene entre 12 y 17 años y un 44.3% entre 18 y 22. La pregunta más acotada: “¿Los libros que usted lee son…”, reporta que sólo el 1.8% son buscados a través de Internet. Saber algo así nos ayudaría, digamos, a sugerir una plan de búsqueda-lectura por Internet para los muchachos. Moraleja I: si un mexicano le dice que no tiene tiempo para algo, no le crea y siga preguntando. Moraleja II: pregúntele a un joven qué lee por Internet, y si le dice que nada porque no tiene tiempo, tampoco le crea.

1 comentario:

Édgar Omar Avilés dijo...

Agradeciendo el saludo, el link de Arturo y el recordatorio de que en méxico habemos más escritores que lectores, mi estimado Marcos. Va un abrazo, y chido que sigas en Aguas echándole ganas.