lunes, 4 de noviembre de 2024

DOS POEMAS POR MARCOS GARCÍA CABALLERO

POEMA DEL GREMIO

 

 

Gira y gira fuera de la órbita,

la [cabeza-bocina],

el mandatario del mundo y la galaxia infinita.

Afuera, un albañil suelda fierros día tras día,

adentro un recuerdo se pudre y un libro resucita.

El tomo cuarto de la enciclopedia británica

nos enseña que…

[Pras, una fotografía]

El arte es un juguete para prostituir exactamente lo único

inprostituible,

la cadena alimenticia.

Hace casi 200 años nació Baudelaire.

Un aspaviento, una mala noticia, una sangre en este pueblo de millones.

Tori Amos canta.

Mi novia está encantada, pero en su casa no la escuchan.

La calle está vacía de tristeza, un ojo humano coloca la emoción y se va.

Hay que trabajar, hay que estudiar… hace cientos de años

Veracruz fue descubierto por los españoles.

Ahora el corrupto es ese perro que ambiciona y sólo sabe ambicionar,

Ese perro quisiera morirse ambicionando la muerte misma, pero no la suya sino la ajena.

Luego está Dios.

Aristóteles educó a Alejandro Magno.

Estas cosas se saben…

¿Pero qué dicen las novelas?

¿Eso también se sabe?

Tori Amos acaba de cantar…

La autopista donde bebí cerveza hace años sigue siendo

la autopista donde bebí cerveza hace años…

y eso no se sabe ni tiene por qué saberse,

la dualidad del pensamiento es la dualidad del péndulo,

es la dualidad de lo razonable y después la síntesis del tiempo.

El tiempo es la única palabra que no cabe en ningún lado,

aunque tenga su reloj y tenga su sexo y su corazón

y esas cosas se saben…

¿Entonces si el poema no nos remite a la sorpresa

es una condena porque pretende ser inmortal? Ja.

Saquemos los viejos discos de Metallica,

leamos los labios de nuestras mujeres,

seamos paraísos de nuevo en cada esquina, en cada cuarto,

en cada silla interminablemente escrita por el escritor que la destruye,

en cada página de Kundera, en cada filosofía,

en cada ciudad, en cada tamaño, en cada seno,

incluso, hasta se podría decir que te estoy tomando el pelo.

 

 

 

 

 

POEMA PARA GABRIELA BOTELLO

 

Hoy tengo el deseo de encontrarme contigo por la calle...

Saludarte en medio de una brizna de viento.

Que caminemos los dos juntos hacia algún lado,

y después de todo, darnos cuenta que estábamos apurados.

Que no tenía ningún sentido meterse a una clase, a un trabajo,

hacer un pequeño trámite.

Nada de eso tenía sentido.

Lo que queríamos era vernos, caminar por alguna calle

como por un museo y yo te diría: “en esta calle o en

esta carretera o frente a esta gente,

estuve a punto de morir, y te recordaba”.

Y tú en ese momento abrirías los brazos, sonreirías

al decir: “pero ahora voy contigo”, y con tu risa

se dejarían caer del cielo algunas gotas, se abriría el paraíso

como un arcoíris

en esa misma calle donde estuve a punto de morir.

Me quedaría pasmado. Te sujetaría con fuerza en un abrazo,

te diría la hora.

Veríamos hacia la misma dirección por unos instantes,

y después entendería que te he amado desde siempre,

aunque cometí muchos excesos,

y desearía, estar para siempre a tu lado.

 

30 de agosto de 2011

Regresando de una clase de Hata –Yoga. 

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