sábado, 25 de marzo de 2017

A MANERA DE PRÓLOGO




Para la cultura literaria en nuestra lengua, algunos nombres están asociados a ciertos géneros: Cervantes y la novela; Góngora y la poesía; Calderón y el teatro. Al mismo tiempo, hay escritores que no caben en un único género y exploran playas distintas de la que los vio entrar por primera vez en el mar de la palabra escrita; aquí acude puntualmente el nombre de nuestro gran polígrafo don Alfonso Reyes.
En el ámbito de Aguascalientes, ciudad donde suele haber apoyo público al arte al mismo tiempo que se olvida a los artistas, uno de los jóvenes que luchan por abrir un espacio para su trabajo se llama Marcos García Caballero y cabe en el segundo tipo de escritores. Ha escrito y publicado narrativa y ensayo. Ahora nos entrega un volumen de poemas. Varia musa y además. Poemas 2001-2011 reúne textos escritos durante una década; él no tiene prisa en publicar, conoce el valor de una obra bien trabajada y prefiere hacer buena literatura a escribir muchos libros. Siempre está escribiendo algo nuevo o corrigiendo algo ya escrito.
La Varia Musa señala tanto la diversidad de motivaciones en su escritura: la amistad, el sexo, la lectura y, sin remedio, la poesía, como la amplitud temporal capaz de contener una amplia variedad de momentos vitales, sin renunciar a la búsqueda de la unidad poética.
Muchos de estos textos están dedicados a otros escritores o amigos. Nacieron motivados por la existencia o la obra de otra persona; el trabajo del poeta ha consistido en darles una vida independiente de esas obras y personas, con las que sin embargo dialogan trazando rutas posibles, de acuerdo con las resonancias de cada caso.
Muchos de estos textos también están fechados y, de modo similar a lo que ocurre con las dedicatorias, perviven más allá de las capas temporales que los van recubriendo con cada minuto que transcurre. En un bronce, la pátina verduzca protege a la escultura; aquí, la palabra conserva su desnudez, vestida con sus propias desgarraduras que la muestran tanto como una prenda ajustada a su silueta.
Se trata de una escritura ágil, que sin dificultad aparente transita del verso a la prosa, aunque predomina el primero, y encuentra pretextos para escribir en las relaciones entre poesía y arte, poeta y artista y lectores y espectadores, como un misterio necesario, cuya aclaración anularía la posibilidad de la creación poética.
Por sus lecturas y por su intuición, Marcos García Caballero sabe que cierto tipo de conocimiento puede matar a la musa. Sabiendo sin saber, deja sus reflexiones para sus páginas ensayísticas y aquí se encauza por la vía de la expresión sensible pero que no por eso deja de entender las aguas por donde navega.
La aparición del libro editado de manera independiente también representa una crítica a la cada vez más evidente incapacidad de las instituciones oficiales para atender las necesidades culturales de la sociedad actual. Y a quienes consideran que todos los caminos están cerrados les responde abriendo uno propio. Así, produciendo algo que ayer no existía, esta edición concluye un largo ciclo creativo. A partir de este momento comienza otro, en el que esta obra irá adonde lo lleven las aguas de la lectura: estas líneas fueron escritas para que resulte venturosa.

Ricardo Esquer

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