Para
la cultura literaria en nuestra lengua, algunos nombres están asociados a
ciertos géneros: Cervantes y la novela; Góngora y la poesía; Calderón y el
teatro. Al mismo tiempo, hay escritores que no caben en un único género y
exploran playas distintas de la que los vio entrar por primera vez en el mar de
la palabra escrita; aquí acude puntualmente el nombre de nuestro gran polígrafo
don Alfonso Reyes.
En
el ámbito de Aguascalientes, ciudad donde suele haber apoyo público al arte al
mismo tiempo que se olvida a los artistas, uno de los jóvenes que luchan por
abrir un espacio para su trabajo se llama Marcos García Caballero y cabe en el
segundo tipo de escritores. Ha escrito y publicado narrativa y ensayo. Ahora nos
entrega un volumen de poemas. Varia musa
y además. Poemas 2001-2011 reúne textos escritos durante una década; él no
tiene prisa en publicar, conoce el valor de una obra bien trabajada y prefiere
hacer buena literatura a escribir muchos libros. Siempre está escribiendo algo
nuevo o corrigiendo algo ya escrito.
La Varia Musa
señala tanto la diversidad de motivaciones en su escritura: la amistad, el
sexo, la lectura y, sin remedio, la poesía, como la amplitud temporal capaz de
contener una amplia variedad de momentos vitales, sin renunciar a la búsqueda
de la unidad poética.
Muchos de estos textos están dedicados a otros
escritores o amigos. Nacieron motivados por la existencia o la obra de otra
persona; el trabajo del poeta ha consistido en darles una vida independiente de
esas obras y personas, con las que sin embargo dialogan trazando rutas
posibles, de acuerdo con las resonancias de cada caso.
Muchos de estos textos también están fechados y, de
modo similar a lo que ocurre con las dedicatorias, perviven más allá de las
capas temporales que los van recubriendo con cada minuto que transcurre. En un
bronce, la pátina verduzca protege a la escultura; aquí, la palabra conserva su
desnudez, vestida con sus propias desgarraduras que la muestran tanto como una
prenda ajustada a su silueta.
Se trata de una escritura ágil, que sin dificultad
aparente transita del verso a la prosa, aunque predomina el primero, y encuentra
pretextos para escribir en las relaciones entre poesía y arte, poeta y artista
y lectores y espectadores, como un misterio necesario, cuya aclaración anularía
la posibilidad de la creación poética.
Por sus lecturas y por su intuición, Marcos García
Caballero sabe que cierto tipo de conocimiento puede matar a la musa. Sabiendo
sin saber, deja sus reflexiones para sus páginas ensayísticas y aquí se encauza
por la vía de la expresión sensible pero que no por eso deja de entender las
aguas por donde navega.
La aparición del libro editado de manera independiente
también representa una crítica a la cada vez más evidente incapacidad de las
instituciones oficiales para atender las necesidades culturales de la sociedad
actual. Y a quienes consideran que todos los caminos están cerrados les responde
abriendo uno propio. Así, produciendo algo que ayer no existía, esta edición concluye
un largo ciclo creativo. A partir de este momento comienza otro, en el que esta
obra irá adonde lo lleven las aguas de la lectura: estas líneas fueron escritas
para que resulte venturosa.
Ricardo
Esquer
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