domingo, 4 de julio de 2010

Poema

Últimamente te veo doble: eres cometa que fulgura durante la tarde interminable, para después aterrizar para siempre jamás durante los sueños. Hay un por qué y una sinrazón: tu espejo tiene tres caras y por tus piernas corren todos los días las crueldades de los deseos insatisfechos. Es más: pienso que así es mejor: la noble cultura Griega no te habría desperdiciado; eres el mejor ejemplo de por qué se deben leer los clásicos. Blas de Otero o Vallejo gustosos te hubieran dedicado borracheras innumerablemente poéticas; tristes y gloriosos días llenos de soledad y de páginas perfectas. Afortunadamente fui yo el que tuve la suerte de aumentarle con éste un verso a la letra impresa, después de ver y sentir durante toda la noche, cómo por tu boca navegaba el deseo igual a las mitologías de temblores terribles.

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